Pese a las derrotas electorales en distritos clave y a los cuestionamientos internos por la estrategia bonaerense, los principales referentes del peronismo siguen sin lograr unificar posiciones. Cristina Fernández de Kirchner, Axel Kicillof y Sergio Massa transitan caminos paralelos, sin diálogo activo ni señales de acercamiento.
El último intento de articulación fue el 6 de abril, cuando se reunieron para discutir la estrategia electoral en la provincia de Buenos Aires. Desde entonces, no hubo nuevos encuentros ni avances. Kicillof, Massa y Máximo Kirchner integran esa mesa política. Pero la expresidenta dejó en claro que no participaría como una más: quien debía negociar en su nombre era su hijo, un actor resistido por algunos sectores.
Las derrotas del peronismo en cuatro provincias el pasado 11 de mayo y el traspié en la Ciudad de Buenos Aires no fueron suficientes para reactivar el diálogo. Cada dirigente procesó los resultados por separado. Desde el kirchnerismo, incluso, hubo reproches públicos a Kicillof por su decisión de desdoblar los comicios bonaerenses, estrategia que Cristina Kirchner siempre cuestionó.
La senadora María Teresa García, cercana a CFK, fue quien exteriorizó esa crítica. “No había que desdoblar”, afirmó, replicando lo que la titular del PJ nacional sostiene en privado. También insistió en la necesidad de construir unidad, una palabra que todos repiten pero que nadie encarna.
El antecedente porteño refuerza ese mensaje: Jorge Macri optó por desdoblar y municipalizar la elección, pero perdió frente a una fuerza emergente y abrió una disputa interna por el liderazgo opositor. Para el kirchnerismo, el caso porteño refuerza su mirada: Cristina tenía razón.
Desde el Instituto Patria celebran, en cambio, la decisión de Gerardo Zamora en Santiago del Estero de convocar elecciones provinciales en simultáneo con las nacionales, el próximo 26 de octubre. Lo mismo harán Catamarca y La Rioja. Kicillof, en cambio, quedó solo en su defensa del desdoblamiento.
En La Plata no hay respuesta directa a las críticas. Se limitan a mirar los resultados y remarcar que el peronismo viene perdiendo en todas las elecciones de este año: Santa Fe, Chaco, San Luis, Salta, Jujuy y Capital Federal. La preocupación excede los límites bonaerenses y es compartida por todos los sectores.
Aun así, la tensión principal gira en torno al vínculo entre Cristina y Kicillof. Desde la Gobernación aseguran que el gobernador acató lo pedido y dialogó con Máximo, pero que ahora se le exige retomar el trato directo con CFK. Ninguno se escribe. Antes era Cristina quien pedía las reuniones. Hoy, ya no lo hace.
Ambos tendrán sus propios actos este mes. Cristina hablará este 25 de mayo, apelando al simbolismo de la fecha patria y del aniversario de la llegada de Néstor Kirchner al poder. Se espera un fuerte discurso contra Javier Milei, pero también podría haber referencias internas, especialmente tras su regreso a escena en la Ciudad de Buenos Aires.
Kicillof, por su parte, encabezará el 31 de mayo el lanzamiento del espacio “Derecho al Futuro”, una nueva muestra de construcción propia. Será el único orador, rodeado de intendentes y sindicalistas que buscan darle volumen político en medio de los cuestionamientos. Con esa foto, el gobernador intentará posicionarse como un actor con peso propio dentro del peronismo con peso suficiente para sentarse a negociar armado de listas.
Sergio Massa, en tanto, mantiene el silencio. Observa la interna entre Cristina y Kicillof sin intervenir, aunque en su entorno dejan entrever que el malestar es grande. Por ahora, no participa de la discusión, pero lanza una advertencia: si hay dos listas separadas, porque no se logra la tan proclamada unidad, él presentará también la propia.