La última obra del escritor estadounidense Paul Auster, que quedó inconclusa con su fallecimiento en abril último, será parte de un ensayo sobre «la muerte, el duelo y la permanencia» en el que está trabajando su viuda, la también novelista, Siri Hustvedt.
Se llamará «Historias de fantasmas», según contó hoy Hustvedt en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, España, donde la editorial Seix Barral organizó un homenaje póstumo al prolífico novelista y guionista de cine.
«Él empezó a escribir un libro en sus últimos días. Nunca lo terminó, pero yo lo incluyo en el que estoy preparando. Será un ensayo sobre la muerte, el duelo y la permanencia. Ya lleva más de 100 páginas. Los libros son una herramienta de los fantasmas. Los muertos les hablan a los vivos, aunque los libros no reemplazan a la persona», dijo emocionada la ensayista sobre su esposo, fallecido el 30 de abril pasado.
Auster murió en Nueva York a los 77 años como consecuencia de un cáncer de pulmón. Pocos meses antes se había publicado «Baumgartner», un volumen en el que el novelista repasa cinco décadas de escritura y que es considerado su testamento literario.
Reconocido internacionalmente, tanto por su literatura como por sus incursiones en el cine, autor de la aclamada Trilogía de Nueva York, el carismático escritor que eligió a Brooklyn como su barrio adoptivo (era oriundo de Nueva Jersey) recibió numerosos premios -entre ellos el Príncipe de Asturias en 2006-, pero especialmente tuvo los favores del reconocimiento de la crítica.
«Cuando supimos que moriría, sabíamos que yo me convertiría en representante de su obra y que la defendería», expresó Hustvedt durante el homenaje en Madrid y dio detalles sobre los últimos días de vida de su esposo y su último trabajo, «Baumgartner», escrito en plena enfermedad. «Paul, con ese final donde no se sabe si el héroe ha muerto o no, escribió mi pena por adelantado», reflexionó.
En los últimos años Auster había sufrido dos tragedias: primero murió su nieta de 10 meses por una sobredosis, en noviembre del 2021, y el padre de la niña – Daniel Auster, hijo del escritor- fue hallado culpable y condenado por homicidio involuntario y negligencia durante el cuidado de su hija. Cinco meses después Daniel Auster también murió por sobredosis, durante su libertad bajo fianza.