Sonia Fernández Vidal camina un delicado filo entre la divulgación científica y la narrativa con vocación humanista. Doctora en física cuántica y escritora de vocación, advierte con claridad: el progreso tecnológico sin una cultura científica sólida puede ser más peligroso que esperanzador.

En un tiempo en que la inteligencia artificial avanza de manera vertiginosa y la sobreinformación digital abruma, la brecha entre quienes entienden la ciencia y quienes simplemente consumen sus productos se agranda. Para Sonia, ese hiato puede ser caldo de cultivo para la desinformación, el miedo infundado y el mal uso de los avances.

Autora de libros como La puerta de los tres cerrojos, su cruzada es acercar la física cuántica a los jóvenes sin perder rigurosidad. A través de relatos accesibles y personajes atractivos, logra que conceptos complejos como la superposición o el entrelazamiento cuántico dejen de parecer ciencia ficción.

Pero Sonia no se queda en la divulgación amable. En sus intervenciones públicas insiste en la necesidad de una ciudadanía crítica, que no delegue ciegamente en los algoritmos, que entienda que cada innovación tecnológica viene acompañada de un marco ético y político.

Su preocupación central es que el mundo está en manos de una tecnología que pocos comprenden y que, sin reflexión, puede reforzar desigualdades. Para ella, el verdadero conocimiento no está sólo en saber programar, sino en entender los efectos sociales de cada decisión tecnológica.