El Partido Justicialista de la provincia de Buenos Aires celebrará este sábado su Congreso partidario para formalizar la integración de un nuevo frente electoral con vistas a las elecciones del 7 de septiembre. Sin embargo, el encuentro se da en un contexto de alta tensión interna, marcado por la creciente confrontación entre el gobernador Axel Kicillof y el líder de La Cámpora, Máximo Kirchner.
El clima enrarecido podría trasladarse al plenario, que estará encabezado por el intendente de La Matanza, Fernando Espinoza. Justamente, el jefe comunal agregó combustible al conflicto al manifestar su disconformidad con la elección del distrito de Merlo como sede del Congreso. El trasfondo es político: allí gobierna el kirchnerista Gustavo Menéndez, mientras que Espinoza responde al espacio «Derecho al Futuro», alineado con Kicillof.
Este episodio es apenas una muestra del nivel de fractura interna que atraviesa al peronismo bonaerense, donde aún no está claro si las distintas tribus del PJ llegarán unificadas a la elección o si terminarán compitiendo por separado. Los desacuerdos no se limitan al armado de listas: también hay diferencias por el nombre que debería tener el frente electoral y por la designación de los apoderados, pieza clave en la arquitectura de las candidaturas.
El último intento por limar asperezas se produjo el domingo pasado, durante una reunión en la Casa de Gobierno provincial entre Kicillof, Máximo Kirchner y Sergio Massa. Pero, según trascendió, el encuentro no arrojó avances concretos y habría terminado con más roces que consensos. Los sectores que todavía apuestan a una lista de unidad confían en que el Congreso de este sábado sirva para encauzar el diálogo.
Kicillof exige paridad en las listas
El gobernador y su entorno reclaman quedarse con el 50% de los lugares en las boletas, con el argumento de que representan la mayor fuerza dentro del justicialismo bonaerense. Pero ni La Cámpora ni el massismo están dispuestos, al menos por ahora, a convalidar esa pretensión.
Otro punto de fricción es el control de los apoderados del frente, quienes tienen la potestad de habilitar o rechazar listas. Kicillof quiere que su espacio tenga la misma cantidad de representantes legales que el resto, pero tampoco hubo acuerdo en ese terreno.
Hasta el nombre que llevará la coalición electoral divide opiniones. Desde el massismo propusieron que simplemente se denomine “Peronismo”, pero en el entorno del gobernador esa idea no cayó bien. Analizan sumar términos más acordes a la coyuntura actual. “Por suerte, no se les ocurrió reflotar el Frejuli”, ironizaban en los pasillos de la Gobernación, en referencia al sello de los años ‘70 encabezado por Héctor Cámpora.
Señalamientos cruzados y reproches internos
Los reproches entre sectores se multiplican. Cada bando acusa al otro de dinamitar la unidad. Sin embargo, referentes de los tres espacios continúan trabajando para evitar una fractura total, aunque sea bajo una unidad de carácter meramente electoral.
Una muestra del malestar general se dio en la reunión que organizó este jueves el intendente de José C. Paz, Mario Ishii, quien en el último tiempo se alejó de Kicillof y volvió a acercarse al kirchnerismo duro. En ese acto, al que asistieron varios jefes comunales –con la única presencia de Pablo Descalzo por parte del oficialismo provincial– se lanzaron duras críticas al Gobernador, en especial por su decisión de avanzar con un posible desdoblamiento de los comicios.
Durante ese encuentro también hubo cuestionamientos al ministro de Gobierno bonaerense, Carlos Bianco, quien en los últimos días pidió respaldo explícito a la figura de Kicillof. Ishii, en particular, venía exigiendo que se dé marcha atrás con el desdoblamiento y ofreció su distrito como espacio para que los sectores más críticos del mandatario provincial hicieran oír su descontento.
Kicillof juega su carta por fuera y evalúa un plan alternativo si no hay acuerdo
Con todo, el gobernador bonaerense abierta la posibilidad de inscribir un frente propio si no prospera la negociación con el kirchnerismo por las candidaturas. La fecha límite para la presentación de alianzas es este miércoles, y el cierre de listas será el 19. En medio de un escenario cargado de sospechas y pases de factura, todos los sectores insisten en la necesidad de sellar la unidad, aunque reconocen que el clima interno sigue siendo áspero.
Desde el entorno de Kicillof admiten que trabajan para un acuerdo, pero también advierten que no quieren quedar fuera de juego. En paralelo, avanzan en un armado con sectores aliados como el Frente Grande de Mario Secco; Unidad Popular de Claudio Lozano y el Partido de los Comunes de Gildo Onorato. La jugada, de concretarse, no implicaría una ruptura automática, sino un resguardo ante el riesgo de que el acuerdo no se concrete en los próximos días.