Los derechos de dos de los personajes más queridos en el universo de los cómics se expanden en 2025: Popeye el Marino podrá dar puñetazos sin permiso y el periodista Tintín podrá investigar libremente en 2025.
Estos clásicos del cómic, que aparecieron por primera vez ante los lectores de 1929, figuran entre las propiedades intelectuales que pasarán a ser de dominio público en Estados Unidos el 1 de enero de 2025, lo que significa que podrán utilizarse sin permiso ni pago a los titulares de los derechos de autor.
Popeye el Marino fue creado por E.C. Segar e hizo su primera aparición en la tira de periódico «Thimble Theater» en 1929, pronunciando sus primeras palabras, «‘Ja think I’m a cowboy? («¿Tengo pinta de vaquero?») cuando le preguntaron si era marinero. Lo que iba a ser una aparición puntual se convirtió en algo recurrente, y la tira pasaría a llamarse «Popeye».
Sin embargo, al igual que ocurrió con Mickey Mouse el año pasado y con Winnie the Pooh en 2022, sólo se puede reutilizar la versión más temprana de los cómics. Las espinacas que daban al marinero su superfuerza no estaban ahí desde el principio, y es un buen ejemplo de posibles disputas legales. Y los cortos animados con su característica voz muda no empezaron hasta 1933 y siguen estando protegidos por derechos de autor. Lo mismo ocurre con la película de 1980 del director Robert Altman, protagonizada por Robin Williams en el papel de Popeye y Shelley Duvall como su amada Olivia.
Esa película tuvo una acogida inicial tibia. También lo fue ‘Las aventuras de Tintín’, de Steven Spielberg, en 2011. Sin embargo, los cómics sobre el niño reportero -una creación del artista belga Hergé– estuvieron entre los más populares de Europa durante gran parte del siglo XX.
Tintín apareció por primera vez en un suplemento del periódico belga ‘Le Vingtième Siècle’, y se convirtió en un semanario. Sus aventuras por todo el mundo -inicialmente en blanco y negro, como en ‘Tintín y los Soviets’, aparecieron por primera vez en Estados Unidos en 1929. Sus característicos colores brillantes no aparecieron hasta años más tarde, y podrían, como las espinacas de Popeye, ser objeto de disputas legales. Y en gran parte del mundo, Tintín no será propiedad pública hasta 70 años después de la muerte de su creador en 1983.
Desconocemos si tanto Tintín como Popeye se librarán ser adaptados al género del terror cuando pasen a ser de dominio público. Cierto ratón y otro oso no tuvieron tanta suerte…
La llegada de personajes populares al dominio público se produce todos los años, y la del año pasado será recordada por la entrada de Mickey Mouse.
«También hay obras maestras de Faulkner y Hemingway, las primeras películas sonoras de Alfred Hitchcock, Cecil B. DeMille y John Ford, y música increíble de Fats Waller, Cole Porter y George Gershwin. Es bastante emocionante», explica Jennifer Jenkins, directora del Centro Duke para el Estudio del Dominio Público.
Este año también se hacen públicos algunos libros notables, como «El ruido y la furia», de William Faulkner, «Adiós a las armas», de Ernest Hemingway, y la primera novela de John Steinbeck, «Una taza de oro», de 1929.
También está «Una habitación propia», de la novelista británica Virginia Woolf, un extenso ensayo que se convertiría en un hito del feminismo del siglo XX.
Por otra parte, también se publican las primeras obras de grandes figuras del cine sonoro. Entre ellas se encuentra Chantaje , de Alfred Hitchcock, una película proyectada recientemente en el Festival Lumière de Lyon (Francia). Comenzó realizándose como una película muda, pero durante la producción se pasó al sonido. Esto dio lugar a dos versiones diferentes: una de ellas se convirtió en la primera película sonora del Reino Unido y de Hitchcock.
También aparece la primera incursión de John Ford en el sonido con ‘Shari, la hechicera’ (1929), una epopeya de aventuras que incluye al futuro colaborador principal de Ford, John Wayne, como un joven extra. En el listado se incluye, además, la primera película sonora de Cecil B. DeMille, ‘Dynamite’.
Muchas canciones de la época también están a punto de convertirse en propiedad pública. Destacan las composiciones de Cole Porter ‘What Is This Thing Called Love?’ y ‘Tiptoe Through the Tulips’, así como el clásico del jazz ‘Ain’t Misbehavin’, escrito por Fats Waller y Harry Brooks.
‘Singin’ in the Rain’, que más tarde se asociaría para siempre con la película de Gene Kelly de 1952, debutó en la película de 1929 ‘The Hollywood Revue’ y ahora será de dominio público.
Diferentes leyes estadounidense regulan las grabaciones sonoras, y las que acaban de pasar al dominio público datan de 1924. Entre ellas se incluye una grabación de ‘Nobody Knows the Trouble I’ve Seen’ de la futura estrella e icono de los derechos civiles Marian Anderson, y ‘Rhapsody in Blue’ interpretada por su compositor George Gershwin.
Fuente: Euronews