A una semana de que el expresidente Mauricio Macri anunciara que no será candidato en los comicios de 2023, Juntos por el Cambio (JxC) se enfrascó en una discusión intensa sobre las candidaturas en los distintos distritos del país, con mayor intensidad en la Ciudad y la provincia de Buenos Aires.
En la ciudad de Buenos Aires (CABA), donde nació el PRO y donde para el partido amarillo es clave seguir gobernando, se da una de las luchas más encarnizadas.
Macri dijo que no será candidato, tras lo cual comenzó a ejercer una fuerte presión para que en el territorio porteño sea su primo Jorge Macri, actual ministro de Gobierno en el distrito e intendente del partido bonaerense de Vicente López en uso de licencia, el candidato del PRO para suceder como alcalde a Horacio Rodríguez Larreta.
Esta presión tuvo ya su primer efecto con la declinación de la precandidatura de Emmanuel Ferrario, uno de los que estaba anotado en la carrera.
Según indican todas las fuentes consultadas, también se darán de baja en la competencia porteña los ministros Fernán Quirós (Salud) y Soledad Acuña (Educación).
La idea es que en los próximos quince días quede despejado el camino para que Jorge Macri sea el único candidato en carrera, por el PRO, en la sucesión porteña.
El problema para Larreta es que también compite el senador nacional por la UCR Martín Lousteau, quien hace varias elecciones quiere ser jefe de Gobierno y además ya cogobierna en el distrito: maneja el Banco Ciudad y varios ministerios de la CABA.
Mauricio Macri también insistió no solamente para que su primo Jorge sea candidato único del PRO, sino también para que Lousteau se baje de su postulación.
Lousteau contestó públicamente que sigue en carrera y le aclaró a Macri que en la Ciudad actualmente no Gobierna solo el PRO, sino JxC.
«No es como en la época cuando él era jefe de Gobierno», replicó Lousteau.
Larreta, en este contexto, hace equilibrio entre afirmar públicamente que su predilección para la Ciudad es alguien del PRO y garantizarle a Lousteau, quien es su socio político, reglas de juego claras para competir.
En este escenario, Lousteau y Jorge Macri se encaminan a las PASO para definir finalmente quien será el elegido en una PASO.
Más complicada está la situación en la provincia de Buenos Aires, donde abundan los candidatos del PRO para ser gobernador.
Del lado del tándem Macri-Bullrich están anotados Néstor Grindetti, Cristian Ritondo, Javier Iguacel y Joaquín de la Torre.
Larreta, por su lado, tiene lanzado al terreno bonaerense a Diego Santilli, quien aspira a suceder a Axel Kicillof.
Mauricio Macri se reunió días pasados con los intendentes bonaerenses del PRO: los jefes comunales piden definiciones respecto de quién será candidato a la gobernación y a la Presidencia.
Como todo intendente, siempre quieren poder sumar su boleta municipal a los candidatos que mejor midan.
Lo que parece claro es que tanto las candidaturas porteñas como las bonaerenses se definirán en una mesa muy chica que sólo conforman Larreta, Macri y Bullrich.
En esta negociación ni el sector de Macri ni el de Larreta se llevarán todo: habrá que negociar y cada uno tendrá que ceder algo.
Si bien estas discusiones capitalinas y bonaerenses están en su momento más álgido, también es cierto que luego de que Macri despejara el camino para el casillero presidencial se incrementaron las internas entre Bullrich y Larreta.
Ambos exhiben encuestas donde los dan bien posicionados, aunque el escenario aún está muy abierto.
Mientras tanto, Bullrich salió a decir que su vice será un radical del interior del país.
La titular del PRO también coqueteó nuevamente con alianzas con Javier Milei: si bien aclaró que hoy el líder libertario está en otro espacio, dejó abierta la puerta a negociaciones en caso de un balotaje.
El crecimiento de Milei en las encuestas inquieta a todos los espacios políticos, pero particularmente a JxC.
Esto obliga a todos, tanto «palomas» como «halcones», a endurecer los discursos y mostrarse más a la derecha, para captar votos que hoy se están yendo a La Libertad Avanza.
Larreta, mientras tanto, avanza en su plan presidencial, y también se muestra inflexible: puso como ministro de Seguridad a Eugenio Burzaco, un hombre que fue funcionario de Bullrich.
El alcalde porteño también dijo esta semana que una de sus prioridades era «ganarle al narco».
A una semana del anuncio de Macri, surgen algunas conclusiones: el exmandatario no será un mero espectador, sino que intervendrá en cada armado de listas del país.
El otro efecto de la decisión de Macri fue acelerar los tiempos de las definiciones.
«Si Mauricio se bajó, todo el resto se puede bajar», fue una de las frases más repetidas puertas adentro del PRO en la semana que pasó.
Se vienen semanas de anuncios y eventuales sorpresas: en los próximos 20 días deberían estar despejadas las dudas sobre las candidaturas en los principales distritos del país.