Mujeres sin trabajo remunerado, con mayor carga doméstica y dependientes de políticas estatales son las principales conclusiones de un documento que se presenta hoy, que analizó cómo impactó la pandemia de coronavirus en las argentinas y sus tareas de cuidados de niñas, niños, personas mayores y con discapacidad.
‘Cuidados y mujeres en tiempos de Covid-19: la experiencia en la Argentina’, es una publicación de 177 páginas elaborada por el Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad (MMGyD), la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
Las investigaciones que forman parte de la publicación muestran de qué manera la pandemia «acentuó la denominada crisis de los cuidados en la mayoría de los hogares de todos los estratos sociales».
Los cuidados «pueden ser multiplicadores de desigualdades», señaló Lucia Cirmi Obón, directora nacional de Políticas de Cuidados del MMGyD, quien consideró que «el Estado debe desarrollar políticas públicas para que estos trabajos se transformen en multiplicador de la economía y de la igualdad social»,
Los resultados de las investigaciones compiladas en la publicación sostienen que «una proporción significativa» de mujeres jóvenes y adultas «atraviesan la situación actual sin trabajo remunerado, con mayor carga doméstica y con una mayor necesidad de apoyarse en las políticas estatales alimentarias y de ingresos».
La pandemia «visibilizó y profundizó una realidad que ya existía», señaló el documento que recoge datos sobre la incidencia del aislamiento social, la demanda educativa durante la suspensión de la escolaridad presencial, la transformación del ámbito laboral a partir del teletrabajo y el rol de las trabajadoras de casas particulares, centros de cuidado infantil y comedores.
En este sentido, el trabajo destacó que la crisis mundial a causa del coronavirus «puso de manifiesto la situación de las mujeres en general y las actividades donde se encuentran más sobrerrepresentadas: las tareas remuneradas y no remuneradas de cuidado».
Otra de las conclusiones fue que las mujeres dedican «el doble de tiempo» que los hombres a las tareas de cuidado y que, en los grupos de menores ingresos, existe «una mayor proporción» de hogares bajo el modelo «hombre proveedor-mujer cuidadora».
También, reveló que en los barrios populares, «el protagonismo asumido por las organizaciones sociales y la comunidad fue nodal para organizar la vida cotidiana y responder a problemáticas muy heterogéneas».
En estos espacios existe una «infraestructura territorial de cuidado» que es analizada en uno de los capítulos.
La investigación demostró que «la intensificación de los tiempos dedicados al cuidado de la casa, de la salud y de los niños y niñas se realizó en desmedro de los tiempos y espacios para sí, agudizando el supuesto social de disponibilidad de la vida de las mujeres para el cuidado de otras personas».
Asimismo la visibilización de estas circunstancias «abrió nuevamente un interrogante: ¿Quiénes cuidan de las que cuidan en las familias y organizaciones?».
Otro punto significativo fue la problemática de las personas mayores en los barrios populares «quienes en muchos casos carecen de espacios de cuidados adecuados a sus necesidades, sociabilidad y esparcimiento».
Además, detectó «la intensificación y la mayor cantidad de horas dedicadas al cuidado de las mujeres que trabajan en jardines y espacios comunitarios».
Sobre la realidad de las trabajadoras de casas particulares, la conclusión fue que «ha estado atravesada por la discrecionalidad que permea a este sector que se sustenta en una importante desigualdad de poder entre empleador/a y trabajador/a».
«Así, la enorme informalidad del sector sumada al escaso control del cumplimiento de las medidas implicó que muchas mujeres quedaran desprotegidas», continuó el informe.
Finalmente, el documento planteó la discusión sobre teletrabajo como modelo organizacional que favorece la compatibilidad entre el trabajo remunerado y las tareas de cuidado en el hogar.
En conclusión, el informe «hizo evidente la necesidad de implementar sistemas públicos, integrales y universales de cuidado, que busquen desfeminizar la responsabilidad del cuidado y desafiar los roles tradicionales de género».
El documento completo podrá verse online en la página del Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad.