El crecimiento de Vaca Muerta, con una inversión proyectada para el corriente año de US$8.000 millones, es una de las principales apuestas del sector empresario y de las autoridades nacionales y provinciales, debido a su potencial para abastecer petróleo y gas al mercado interno y para exportar al mundo, una vez subsanados los cuellos de botella de la distribución a través de gasoductos y oleoductos.
Sólo el año pasado, la formación logró un récord histórico con una producción que promedió los 308.000 barriles diarios de petróleo y 92 millones de metros cúbicos de gas, según un informe elaborado por el Gobierno de Neuquén.
Para este año son aún más ambiciosas las perspectivas con una previsión de más de 400.000 barriles diarios de petróleo y una producción de gas que superará los 100 millones de metros cúbicos durante el pico del invierno, encaminando de esta forma al país al autoabastecimiento energético y, en un futuro no lejano, como proveedor a nivel mundial.
Para los próximos años, la expectativa de la industria es llegar a la marca de, al menos, 750.000 barriles diarios de crudo y 150 millones de millones de metros cúbicos de gas.
Para llegar a estas cifras, en términos de inversión, las empresas desembolsaron en 2022 US$ 6.000 millones, monto que ascenderá a US$ 8.000 millones este año.
«Si no estuviese Vaca Muerta, el año pasado hubiéramos tenido que comprar energía al mundo en más de US$ 20.300 millones, y este año en casi US$ 21.655 millones», dijo el gobernador de Neuquén, Omar Gutiérrez, durante la inauguración -a mediados de la semana pasada- del oleoducto Sierras Blancas-Allen construido por un consorcio integrado por Shell, Pan American Energy (PAE) y Pluspetrol.
La mayor parte de ese ahorro fue en términos de importaciones de gas totalizando el año pasado una sustitución de importaciones por US$ 13.973 millones mientras que, para este año, se prevé que Vaca Muerta permita ahorros por US$ 15.900 millones.
En este marco, tanto empresarios como autoridades comparan el potencial de Vaca con la Cuenca Pérmica, la formación de «shale gas» y «shale oil» no convencional más importante de Estados Unidos.
La Cuenca Pérmica se encuentra en el sudoeste del país del Norte y produce en la actualidad cerca de 5 millones de barriles de crudo al día, encaminándose a representar la mitad de la producción petrolera estadounidense.
«Vaca Muerta creo que tiene el potencial de convertirse en el Permian
de Sudamérica, trayendo riqueza y prosperidad para Argentina y su gente», dijo el vicepresidente ejecutivo de Aguas Profundas de Shell, Paul Goodfellow, fundamentando su comparación en la calidad de la roca y el recurso.
Si bien aún existe un contraste entre los niveles de producción de ambas cuencas, Goodfellow precisó la estadounidense «está más avanzada en su fase de desarrollo».
Sólo en el caso de Shell, la producción de la empresa en Vaca Muerta aumentó de 6.000 a 45.000 barriles diarios en los últimos cinco años con una inversión acumulada hasta hoy de US$ 2.000 millones, de los cuales más de US$ 500 millones fueron en 2022.
«Con estos niveles de producción y productividad récord no competimos sólo nacionalmente sino internacionalmente», subrayó, por su parte, Ricardo Rodríguez, presidente de Shell Argentina.
El plan de inversiones de la petrolera prevé la construcción de una planta de procesamiento en Bajada de Añelo, con una capacidad de 15.000 barriles diarios.
Gutiérrez, durante un contacto que mantuvo con la prensa tras la inauguración del oleoducto, afirmó que con 2.000 pozos -el 10% de los que posee la Cuenca Pérmica- Vaca Muerta posee mayores «indicadores de eficiencia, productividad y de calidad geológica».
«Una y otra vez cuando se nos pregunta de la escalabilidad y potencial de Vaca Muerta, decimos que es superior a la de Permian
«, remarcó el mandatario provincial.
Tanto los empresarios como las autoridades gubernamentales coinciden en que para acelerar el desarrollo de Vaca Muerta hace falta mejorar la evacuación de su producción -conocida como la fase «midstream» en la cadena- para llegar al mercado interno y a los puntos de exportación, pues la producción creció a un ritmo mayor al que la infraestructura de distribución existente puede soportar.
«Vaca Muerta necesita para su desarrollo y para poder llegar al mercado local e internacional no sólo la perforación de pozos sino gasoductos, oleoductos, plantas de tratamiento y de secado, y puertos», indicó German Macchi, country manager de Pluspetrol.
Al inaugurado oleoducto de Sierras Blancas, que posee una capacidad de 125.000 barriles diarios de crudo -el primero de su tipo impulsado por una inversión privada-, se le sumará el Gasoducto Presidente Néstor Kirchner con su primer tramo previsto para junio próximo.
El gasoducto que conectará la localidad neuquina de Tratayén y la bonaerense de Salliqueló, permitirá ahorrar más de US$ 2.900 millones entre sustitución de importaciones y reducción de subsidios.
El gasoducto tiene un segundo tramo proyectado hasta San Jerónimo, en Santa Fe, que permitirá la exportación del gas hacia Brasil.
Asimismo, está previsto el Proyecto Duplicar encarado por la firma Oldelval que pretende llevar la actual capacidad de transporte troncal de crudo de 36.000 metros cúbicos diarios a 86.000 entre la estación de bombeo Allen a Puerto Rosales en Bahía Blanca, lo cual permitirán aumentar las exportaciones del país a entre 230.000 y 320.000 barriles diarios.
Por su parte, también se encuentra la próxima inauguración del Oleoducto Transandino (Otasa) que vinculará Vaca Muerta con Chile y cuyas pruebas para su rehabilitación comenzaron en noviembre último.
El ducto, con una capacidad de transporte de 110.000 barriles diarios y que se encuentra sin actividad desde 2006, tiene prevista su reactivación «en marzo o en abril» próximos, anticipó Gutiérrez.