La vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner aseguró hoy que va «a hacer lo que tenga que hacer» para lograr que el pueblo pueda «organizarse en un proyecto de país» que «vuelva a recuperar la ilusión, la fuerza y la alegría», planteó la necesidad de establecer un «nuevo acuerdo democrático» que destierre la «violencia» como forma de «hacer política» y convocó a construir un «consenso económico» que involucre a las dirigencias políticas, sindicales y empresariales y que permita llevar adelante un «modelo de país».
Cristina Fernández participó esta tarde como invitada de un plenario de delegados de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), en Pilar, en lo que fue su primera aparición en un acto masivo, tras el intento de asesinato que sufrió el pasado 1 de septiembre en el barrio porteño de Recoleta. Desde el microestadio municipal de Pilar y escoltada por el secretario general de la UOM, Abel Furlán, y el intendente local, Federico Achaval, Cristina Fernández dejó varias definiciones políticas y económicas: indicó que el problema de «precios y salarios» debe ser abordado desde los «números concretos», dijo que es el Gobierno el que tiene que «terciar» en la «distribución del ingreso», y propuso que una de las vías para recuperar la participación de los trabajadores en el PBI tiene que ver con que «vuelvan a pagarse los salarios vinculados con la productividad». Además, cuestionó el accionar de un sector del Poder Judicial que, según consideró, «la quiere de acusada, pero no de víctima», al referirse por primera vez en un acto masivo al intento de magnicidio que sufrió hace exactamente dos meses y tres días, como también a la investigación del hecho. Ante un recinto repleto de trabajadores y dirigentes del kirchnerismo, la vicepresidenta dejó entrever que aún está abierto su futuro político de cara al proceso electoral que se avecina y planteó que la recuperación salarial debe ser uno de los ejes de la gestión en el tiempo que viene. «Voy a hacer lo que tenga que hacer para lograr que nuestro pueblo, nuestra sociedad, pueda organizarse en un proyecto de país que vuelva a recuperar la ilusión, la fuerza y la alegría de nuestra gente», remarcó, por otro lado, en lo que fue la definición más comentada de su discurso, pronunciada en un momento en el que el oficialismo, en particular el kirchnerismo, discute cuál será su rol en las elecciones presidenciales. Tras observar algunos aspectos de la gestión, reivindicó la decisión que ella misma tomó en 2019 cuando sacudió el escenario político al anunciar a través de un video que integraría una fórmula presidencial junto a Alberto Fernández (con quien se había distanciado en 2008) y que su exjefe de Gabinete iría en el primer lugar del binomio. En ese sentido, explicó que su prioridad en ese momento era que las políticas de la gestión Cambiemos «no fueran ratificadas» por la sociedad tras el «demencial» endeudamiento con el Fondo Monetario Internacional (FMI). «Muchas veces leo por ahí a algunos editorialistas que dicen ‘bueno, el experimento del Frente de Todos, de la fórmula que ella que decidió en un tuit, no dio resultado’. Miren, las decisiones políticas hay que juzgarlas y evaluarlas en el momento en que estas fueron tomadas», dijo, y agregó: «Yo tenía la responsabilidad de tomar una decisión y garantizar que el peronismo ganara pero, por sobre todas las cosas, que las políticas de endeudamiento, de traída del Fondo de tarifazos, de persecución judicial (…), no fueran ratificadas». Sus declaraciones impactaron en la antesala del año electoral, cuando desde hace algunas semanas sectores del Frente de Todos vienen ensayando un «operativo clamor» -acentuado por el triunfo de Luiz Inácio Lula da Silva en Brasil- para que la dos veces presidenta de la Nación compita nuevamente por la Casa Rosada el año próximo. Si bien días atrás Máximo Kirchner aseguró «no creer» que la titular del Senado vaya a ser candidata, otros actores importantes de la coalición como el gobernador Axel Kicillof sí la instalaron en la competencia electoral del año próximo. «Después de algunas cosas, no hay mejor lugar que estar junto a los trabajadores y trabajadoras», dijo Cristina pasa iniciar su discurso, en alusión al atentado. Y sostuvo que tras dos meses y tres días de «reflexión» sacó algunas conclusiones a partir de lo ocurrido: entre otras cosas, mencionó que «esos presuntos indignados e indignadas que agredían, que insultaban, que tiraban teas encendidas a la Casa Rosada, no eran indignados, era gente pagada por empresarios que se identificaron con el anterior Gobierno, con el macrismo, algunos de ellos un funcionario que endeudó a la República Argentina». «Esos indignados que eran reproducidos por la televisión (…) no estaban enojados con la política, recibían millones de pesos para hacer eso», subrayó. Al referirse a la causa judicial que investiga a los integrantes de la organización de ultraderecha Revolución Federal, puntualizó: «A alguno de ellos se le encontró 50 mil dólares en los allanamientos». La Vicepresidenta apareció en público 48 horas después de que la Cámara Federal porteña pidiera la liberación a los cuatro imputados en la causa que investiga a Revolución Federal, decisión que cuestionó indirectamente referirse a: «Una Justicia que, ya estoy resignada, no va a investigar nada, porque me quieren de acusada, pero no de víctima. Les sirvo de acusada, pero no de víctima a ese partido judicial». Tras destacar al «compañero (Abel) Furlán» como uno de los dirigentes que durante el macrismo «bancaron las ideas y las convicciones», la exmandataria se adentró en la cuestión económica, el problema de la inflación y el retroceso de los salarios en la participación del producto. En ese sentido, reivindicó las políticas de los doce años del kirchnerismo con el salario promedio medido en dólares «más alto de la región» y recordó que al concluir su segundo mandato, en 2015, dejó una inflación del 23 por ciento. En ese momento la preocupación central de la CGT era el no pago del Impuesto a las Ganancias, añadió. Además, pidió aprender de esa experiencia: «Alguien les dijo que no iban a pagar más el impuesto a las Ganancias», acicateó entonces al recordar la principal promesa de campaña del entonces candidato presidencial, Mauricio Macri, y completó: «¿Saben por cuántos votos perdimos en las elecciones del 2015? Por 670 mil votos. ¿Saben cuántos trabajadores pagaban Ganancias hasta ese momento? 1.100.000. Y después, por supuesto, siguieron pagando». Al hablar del retroceso de la participación de los trabajadores en el PBI, desmintió lo que plantea la «doctrina liberal de la economía» que «dice que el salario es igual a la productividad». «Miren, esto no es así hoy en la Argentina, esa diferencia es la renta extraordinaria que está tomando el capital», refutó, y ayudada con un gráfico señaló que recién durante su segundo Gobierno se volvió «a recuperar la participación por arriba del 50% del salario en el PBI», tras sufrir la caída más fuerte de la historia en 1977, en plena dictadura cívico militar. También reclamó que Gobierno nacional habilite «una suma fija que vuelva a darle capacidad al salario de los trabajadores», algo que aclaró «no va en detrimento de las paritarias». «¿Cómo vamos a ir en detrimento de las paritarias justamente nosotros que fuimos los que volvimos a introducir la cuestión paritaria en la cuestión económica?», replicó. En relación a los precios, rechazó las voces de economistas que «desde los medios de comunicación» dicen que el «Estado no tiene que intervenir» en su regulación, en favor del libre accionar de los mercados. «Estamos ante mercados absolutamente concentrados, con cadenas en las que hacen valer su poder en la distribución del ingreso y en esto es el Gobierno el que tiene que terciar en la distribución del ingreso como lo hacíamos durante nuestros gobiernos», reclamó, para luego reconocer el «gran esfuerzo» que está haciendo el ministro de Economía, Sergio Massa, «administrando las consecuencias de lo que pasó». Sobre el cierre del discurso, planteó la necesidad de «representar y organizar» al «movimiento nacional que agrupa no solamente a peronistas sino a todos aquellos que creen que es posible la construcción de una sociedad más justa y equitativa». Finalmente, y tras agradecer a los miles de argentinos y argentinas que la acompañaron en «momentos muy difíciles», lanzó la frase que levantó a los presentes. «Saben que yo voy a ser, como siempre, lo que tenga que hacer para lograr que nuestro pueblo, nuestra sociedad, pueda organizarse en un proyecto de país y que vuelva a recuperar la ilusión la fuerza y la alegría de nuestra gente», se comprometió. La Vicepresidenta concluyó: «Éramos alegres, volvamos a recuperar esa alegría, que tuvimos laguna vez. la alegría de que el sueldo alcanzaba, de ir al trabajo, e saber que había futuro. Esa alegría nos la merecemos los argentinos y argentinas».