Hijo de desaparecidos, abogado, exdiputado nacional y actual ministro del Interior, Eduardo de Pedro, más conocido como ‘Wado’, se convirtió en el primer hijo de aquella «generación diezmada» -como definió Néstor Kirchner a la juventud peronista de los ’70 que fue víctima de la dictadura cívico militar- que compite por la Presidencia de la Nación.
El elegido por la vicepresidenta Cristina Kirchner para dirimir la candidatura presidencial de Unión por la Patria (UxP) en representación del kirchnerismo competirá en las PASO del 13 de agosto con el actual embajador en Brasil, Daniel Scioli.
De Pedro nació en Mercedes el 11 de noviembre de 1976; a los pocos meses de vida vivió un episodio que marcaría a fuego su vida y su futuro cuando su padre, Enrique, que militaba en la JP y en Montoneros, fue asesinado por el Ejército.
Pocos meses más tarde, su madre, Lucila Révora, que estaba embarazada de ocho meses, fue secuestrada por un grupo de tareas en su casa de Floresta y llevada al centro clandestino de detención «El Olimpo», a donde llegó sin vida, de acuerdo a los testimonios recogidos por la Conadep.
El pequeño «Wado», que estaba con su madre cuando fue detenida, estuvo un tiempo secuestrado siendo un bebé.
Finalmente, la familia materna pudo recuperarlo en enero de 1979 y fue criado en Mercedes por su tía materna, madre de Juan Ignacio Ustarroz, actual intendente de esa ciudad de la provincia de Buenos Aires.
Durante su infancia comenzó su disfluencia en el habla (tartamudez), una dificultad que investigaciones científicas adjudican a traumas emocionales vividos por las personas que la padecen.
«Esos traumas están en mi infancia. Me costaba pedir helado, comida o tocar el portero a un amigo», contó ‘Wado’ en distintas entrevistas para referirse a una marca que dejó en su vida la pérdida de sus padres.
Recientemente y cuando ya su nombre sonaba con fuerza como precandidato presidencial, fue blanco de expresiones descalificantes por parte del periodista Gabriel Levinas, quien aseguró que «la sociedad no estaba preparada para tener un candidato a presidente tartamudo».
Como elíptica respuesta, el actual ministro del Interior convocó a los jóvenes a construir una «Argentina contra el bullying» y a «cortar con los discursos de odio».
El 20 de diciembre de 2001, en medio de los convulsionados días de la profunda crisis económica social y política que derivó en la caída del gobierno de Fernando de la Rúa, un joven De Pedro volvió a ser sacudido por la violencia estatal.
Fue cuando durante la represión desatada ese día en Plaza de Mayo, el entonces militante de la agrupación Hijos (de la que fue uno de sus fundadores) intervino en defensa de las Madres de Plaza de Mayo ante el acoso de la Policía Federal, cuyos efectivos lo metieron en un patrullero, donde fue golpeado y picaneado.
Instantes después, el vehículo chocó, y en el momento en que varias personas se acercaron, ‘Wado’ logró pedir ayuda.
Uno de los médicos que lo atendió, el doctor Pablo Barbeito, llamó a los compañeros de trabajo del actual ministro de la Unión de Empleados Judiciales de la Nación (UEJN), quienes, junto a algunos integrantes del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), lograron rescatarlo.
Ese último episodio marcó también otro hito importante en el futuro político del dirigente de la agrupación La Cámpora: un acto en la Casa Rosada en homenaje a los asesinados y victimas del 19 y 20 de diciembre del 2001 fue el escenario en el que conoció personalmente al expresidente Néstor Kirchner.
«Lo escuché y lo observé tanto como pude», rememoró desde sus redes el propio De Pedro en febrero pasado, al cumplirse 73 años del nacimiento del exjefe de Estado.
Ese día repasó la trayectoria del mandatario santacruceño que fundó el ciclo político que pasó a llamarse kirchnerismo, y entonces destacó «su coraje para soñar una gran nación y para tomar las decisiones que muy pocos políticos se animan a tomar».
Además, valoró «la generosidad» de Kirchner «para dar» al país «hasta su último esfuerzo».
En 2004, junto al actual diputado Máximo Kirchner y quien ahora es ministro de Desarrollo de la Comunidad bonaerense, Andrés «Cuervo» Larroque, De Pedro se sumó a la gestación de «La Cámpora» junto a otros militantes juveniles del kirchnerismo.
‘Wado’ llegó a ministro del Interior en 2019, fruto de la consolidación del Frente de Todos (actualmente Unión por la Patria), coalición que se gestó en la campaña que terminó con la fórmula Alberto Fernández-Cristina Fernández de Kirchner, en la que tuvo un rol preponderante en su conformación.
Antes ocupó los cargos de vicepresidente de Aerolíneas Argentinas (2009), diputado nacional por la provincia de Buenos Aires (2011-2019), miembro del Consejo de la Magistratura (2014) y secretario general de la Presidencia en 2015, durante el último año de gestión de Cristina Fernández de Kirchner.
El 10 de diciembre de 2019 juró como ministro del Interior y en 2021 fue uno de los negociadores que acordó con los partidos opositores la postergación de las PASO por la pandemia, que pasaron de agosto a septiembre, y de las generales, que se aplazaron hasta noviembre, ganando tiempo para avanzar en el plan de vacunación en todo el país, lo que impidió la circulación comunitaria de la variante Delta del Covid 19.
De Pedro tiene un activo rol en campañas ligadas a la igualdad de derechos y la búsqueda de una sociedad basada en la aceptación.
A partir de su historia personal y las dificultades que atravesó por su disfluencia, entendió que su caso personal puede ayudar a muchas personas.
Así fue como a fines de 2021 participó de manera virtual de una charla con más de 100 niños con disfluencia, en el marco de un Congreso de Tartamudez celebrado en Salta, que tuvo por objetivo concientizar y sensibilizar a la sociedad sobre ese problema.
Allí dijo: «Me empecé a superar cuando comencé a aceptarme», y recordó que fue Néstor Kirchner quien lo impulsó a hablar más en público.
«Me decía que me deje de hinchar con la tartamudez, que empiece a desdramatizarlo», evocó.
Estas acciones lo llevaron también a lanzar en noviembre de 2022 la campaña «Argentina contra el bullying».
‘Wado’, quien durante su niñez y adolescencia trabajó en el campo, muestra un marcado interés por la producción agropecuaria e industrial, producto también de su historia.
El titular de Interior es tercera generación de productores rurales -desde que su abuelo materno inició ese camino en Mercedes- y, siempre que la función pública se lo permite, mantiene a su cargo la administración de sus propios campos.
Desde su llegada a la cartera de Interior se focalizó en acompañar a las provincias para fomentar una mayor producción y generar empleo y arraigo; la consigna elegida fue que «cualquier argentino o argentina se pueda desarrollar en el lugar que nació o eligió para vivir».
En busca de desarrollar esa matriz en las provincias, en 2020 diseñó junto a los 23 gobernadores un Plan de Desarrollo Federal, para identificar tanto los obstáculos para el desarrollo como las necesidades y potencialidades.
Otro hito de gestión fueron sus acciones junto a los gobernadores del Norte Grande.
«Quiero ser Presidente, el Presidente de todas las familias argentinas», dijo De Pedro en un video que subió esta tarde a sus redes, y añadió que está dispuesto a afrontar «problemas urgentes» como «la deuda irresponsable que nos dejaron, el drama de la inflación y una pobreza inaceptable».
En una de sus última apariciones públicas y al insistir que no iría por la Presidencia en los comicios de este año, la vicepresidenta Cristina Kirchner había pedido que «los hijos de la generación diezmada sean los que tomen la posta».
Muchos interpretaron que, de los precandidatos del oficialismo, el único que entraría en esa definición era ‘Wado’.