Sergio Maldonado, hermano de Santiago, desaparecido hace 65 días en un operativo de Gendarmería en la comunidad mapuche Resistencia Cushamen, volvió a entrevistarse esta mañana con el juez federal de Esquel Gustavo Lleral, y expresó que su trabajo luego de la recusación de Guido Otranto “trajo alivio a la familia, porque ahora están buscando a Santiago”.
“Creemos que (Lleral) está trabajando bien y buscando a Santiago. Ayer al lugar donde estuvo Santiago por última vez, sin custodia y volvió con dos nuevos testimonios. No tiene miedo, busca crear un vínculo de confianza con los mapuches, que no son enemigos”, dijo al destacar el encuentro del juez con integrantes de la comunidad en el lugar de la desaparición de Maldonado.
Con ese argumento, entre otros, consideró que Lleral es “más profesional en la investigación” que lo que había sido el anterior juez de la causa, Guido Otranto, y explicó que su nuevo encuentro con el juez “es parte del ida y vuelta de la información, porque lo importante es poner todo para encontrar a Santiago”.
“Me parece bien, son medidas contundentes para encontrar a Santiago”, afirmó, aunque dijo que la familia sufre porque “pasa el tiempo y no conseguimos resultados”.
Esta mañana también concurrieron al juzgado los abogados de Gendarmería Gustavo Dalzone y Facundo Perelli, quienes fueron a entrevistarse por primera vez con el juez desde que asumió en la causa hace 13 días.
Asimismo, se presentó en el juzgado Ariel Garzi, el amigo de Maldonado a quien llamó al día siguiente de su desaparición a las 15,30, y señaló que alguien atendió el celular en un lugar “cerrado, porque se escuchaba el eco de pasos, claramente diferente al espacio abierto de la comunidad”.
Garzi dijo a Télam que pidió al juez que lo reciba para ofrecer su testimonio y ponerse a disposición, porque Otranto “no le prestó atención a la prueba del teléfono” y, con información de la empresa de telefonía, sostuvo, “podría establecerse el lugar exacto en el que atendieron el celular”.
El amigo de Maldonado había precisado que la comunicación se extendió por 22 segundos y quien atendió “no habló y cortó”, luego de lo que el aparato no volvió a activarse.
Además, ingresó al juzgado a media mañana la fiscal Silvina Ávila, quien se retiró al mediodía sin formular declaraciones.