El ministro de Desarrollo para la Comunidad de la provincia de Buenos Aires, Andrés «Cuervo» Larroque, rescató hoy el «espíritu de la convocatoria» de la misa celebrada en la Basílica de Nuestra Señora de Luján, al tiempo que lamentó la ausencia de la oposición porque dijo, «era una buena oportunidad», y aseguró que se está abogando por entrar «a una etapa de racionalidad y salir de las chicanas».
«Pareciera que los kirchneristas no podemos participar de nada porque en cualquier lugar donde estemos vamos a caracterizar ese evento. Hay que valorar cuál fue el espíritu y la respuesta frente a algo tan aberrante y de tanta gravedad como fue el atentado a Cristina (Fernández de Kirchner)», sostuvo el funcionario en declaraciones a AM 750.
Al referirse a la misa celebrada ayer en Luján por la «Paz y la fraternidad de los argentinos», y de la que participó el presidente Alberto Fernández y dirigentes del Frente de Todos (FdT), Larroque explicó que «se hizo un pedido por parte del intendente y él mismo invitó a todos los sectores del arco político y del resto de la vida social argentina y eso es lo importante».
«Rescato la presencia de algunos intendentes de la oposición, después si hubo una decisión o si desde la oposición entendieron que no estaban las condiciones para participar o si hubo otras interpretaciones eso nos excede, lo importante es que el espíritu de la convocatoria estuvo, y todos abogamos por entrar en una etapa de racionalidad y salir de las chicanas», aseguró.
Para Larroque, «la ceremonia tuvo un gran contenido espiritual, las palabras del obispo fueron interesantes y nos tienen que llamar a todos a la reflexión, pero pareciera que en el banquillo de los acusados siempre están los kirchneristas, y así también se hace complejo».
«Todos tenemos que revisar errores que pudimos haber cometido, y de repente los únicos que se equivocan son los kichneristas o peronistas, se hace difícil», agregó.
Rescató que el evento fue «ecuménico» y «un hecho de carácter espiritual» y no «una reunión de debate o de disputa, todo lo contrario, en un lugar tan emblemático como la basílica de Lujan, con lo que eso representa en el corazón de los y las argentinas».
«Era una buena oportunidad pero no creo que sea la única», apuntó.
El también secretario general de La Cámpora aclaró que desde su espacio no buscan «la foto» con la oposición.
«Somos enemigos de las fotos y gestos superficiales, sí creo que traspusimos un límite muy concreto que nos retrotrae a los peores momentos de la historia argentina, no hay precedentes de un hecho de estas características», aseguró en relación al intento de magnicidio contra la vicepresidenta.
Larroque señaló que le llama la atención «que se pretenda tapar el sol con las manos respecto a todo lo que ha ocurrido alrededor del atentado».
«Me parece que es mejor y más sano para todos asumir que se llegó a esta situación, y analizar cómo llegamos hasta aquí, estos sectores violentos que pretenden la supresión del otro, y que no es algo nuevo en la Argentina», opinó.
Recordó que «la historia muestra esas situaciones de hostigamiento» contra las figuras de liderazgo popular como fueron Yrigoyen, Perón o Eva Perón, pero comentó que «en algún momento esas posturas pasan a ser marginales y después, por los contextos que se generan, recuperan asidero en el seno de la sociedad y eso puede ser peligroso y debe ser un punto de inflexión para salir de esta locura».
Al analizar la postura de la oposición dijo que «hay una tensión interna muy fuerte pero que eso no los exime de responsabilidad».
«Me parece que se han invertido los roles, históricamente el radicalismo tenía un rol hegemónico de conducción en la oposición al peronismo y los sectores liberales conservadores eran más marginales, y hoy creo que esa proporción se ha invertido», analizó.
Por último, al ser consultado sobre el estado de la vicepresidenta, Larroque dijo que está «como puede estar una persona a la que intentan asesinar, en una situación de shock, no solo por lo personal sino también por lo familiar».
También sostuvo que Fernández de Kirchner tiene «la carga o el peso que puede tener ella en términos de estadista» pero aclaró: «La conocemos y es muy fuerte, y dentro de lo que es esa situación, puedo decirte que está bien».