La denuncia por violencia de género de Daniela Cortés a su pareja, el jugador de Boca Sebastián Villa, tuvo como respuesta del club un comunicado oficial escueto e insuficiente, pero un apoyo masivo de gran parte de la sociedad a la iniciativa de Feminismo Xeneize de que «la violencia no juega más».
«Hay un montón de bosteras que acompañamos y apoyamos a Daniela. La acusación a Villa nos generó mucho miedo, indignación e impotencia, pero al mismo tiempo nos encontró juntas y con la fuerza para desplegar estrategias y redes que sólo se tienen en el marco de la organización feminista», explicó Florencia Gastaminza, militante de Feminismo Xeneize, el espacio que nuclea a diversos grupos de hinchas de Boca.
«Los clubes todavía muestran muchas dificultades para poder dar una respuesta que promueva la ampliación de derechos, que construya clubes libres de violencia machista, pero ya no van a tener la comodidad de nuestro silencio», aseguró Gastaminza, psicóloga de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) y que integra también la agrupación Género y Diversidad Xeneize de la capital bonaerense.
En redes sociales, «la violencia no juega más» fue tendencia el martes, día que se conoció la denuncia al colombiano Villa. «Se insistió en que es necesario un protocolo contra la violencia de género, pero para que esos marcos legales nos respalden tiene que haber una transformación profunda de las prácticas y de los discursos patriarcales».
Para Gastaminza, el pronunciamiento que hizo Boca reprodujo la situación de desigualdad.
«Era necesario que el club se pusiera a disposición de contener a Daniela, la víctima, y tampoco se gestionó. Incluso cuando leemos que las instituciones se ponen ‘a disposición’ de la Justicia, tampoco da garantías que habrá una restitución de derechos porque sabemos que la Justicia hoy es altamente patriarcal. Los procesos jurídicos deben tener una mirada de perspectiva de género», afirmó.
Boca tiene un departamento de inclusión e igualdad y coordinadora del área de género, desde diciembre de 2019, cuando la lista de Jorge Ameal y Juan Román Riquelme ganó las elecciones, pero no se pronunció oficialmente. De todas formas, antes del cierre del club por la pandemia de coronavirus, se había comenzado a trabajar en el protocolo.
«No es la primera vez de casos de violencia de género en clubes, ejercida por un varón que juega al fútbol y tiene un contrato millonario, sino que hubo un montón de casos anteriores, incluso en Boca, pero noto que hubo un cambio en la sociedad y a nivel institucional. Es muy evidente que el patriarcado no se cayó porque estas situaciones siguen pasando, pero ahora producen una sanción social», analizó Gastaminza.
Para la activista de Feminismo Xeneize, esa sanción social hace que, a diferencia de situaciones en años anteriores, «hoy haya un millón de ojos sobre Boca. Antes se corría el foco hacia la acusación mediática o sostenían los discursos de justificar y decir que el club nada tiene que ver con esa violencia porque forma parte de la vida privada del jugador. Eso se está transformando».