El laurel, conocido con el nombre científico de Laurus nobilis, es una especia muy utilizada para darle sabor y aroma a los platos gastronómicos, entre ellos, las carnes, pescados y sopas.
Sin embargo, más allá de su aporte a la cocina, a esta planta se le atribuyen propiedades medicinales que favorecen la salud del organismo. Es utilizada para aliviar problemas digestivos como gases, dolor estomacal y flatulencias.
De acuerdo con el portal de salud Tua Saúde, las hojas de laurel son ricas en vitaminas B6, B9 y C. Esta última es un poderoso antioxidante que ayuda a eliminar los radicales libres del organismo.
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Contiene, además, ácido fólico que ayuda a mantener en buen estado el sistema inmunológico; vitamina A, la cual actúa como un antioxidante y ayuda a mejorar la visión, además de minerales como el cobre, hierro, zinc y manganeso.
Según un estudio publicado en la revista científica Food Chemistry, esta planta previene la acidez y la formación de gases por las sustancias que contiene. Asimismo, tiene propiedades bactericidas, antisépticas, expectorantes y antiinflamatorios. También es recomendada para reducir el ácido úrico.
Según el portal Webconsultas, revista de salud y bienestar, dos de sus componentes son el cineol y el eugenol, que son los que le otorgan las mencionadas propiedades. Estos mismos principios activos ayudan a mejorar y estimular el apetito por lo que, en ciertos tratamientos de fitoterapia destinados a personas que necesitan ganar peso, se recomiendan las infusiones de laurel antes de las comidas principales.
Algunos de los beneficios que ofrece esta planta para la salud son los siguientes:
El portal Mejor con Salud precisa que las hojas de laurel ayudan a reducir la ansiedad gracias al compuesto químico del humo que se produce al quemarlas. Este acaba teniendo un efecto calmante tanto en el cuerpo como en la mente. No obstante, la recomendación para hacer este uso es consultar al médico porque inhalar este humo con regularidad puede ocasionar alucinaciones.
Otro de los beneficios del laurel es que tiene la capacidad de nivelar el azúcar en la sangre, lo que la hace ideal para ayudar en el tratamiento de la diabetes. Según datos arrojados en una investigación realizada en Estados Unidos, el consumo de uno a tres gramos de hojas de laurel al día podrían aliviar algunos síntomas que suelen aparecer entre las personas que padecen de diabetes tipo II, argumenta Mejor con Salud.
Las hojas de laurel también son recomendadas para abrir las vías respiratorias. Si una persona sufre de asma o tienes problemas con las alergias, puede aspirar los vapores del aceite de las hojas de laurel, las cuales pueden ayudar. Todo bajo consentimiento del médico.
De igual manera, el laurel puede ser usado para tratar problemas de la piel, como dermatitis, siendo recomendado su uso tópico, informa el portal Tua Saúde.
Las hojas de laurel también tiene la capacidad de ayudar a desinflamar el hígado, a aliviar el dolor producido por los cólicos menstruales, el dolor de cabeza, el reumatismo y el estrés.
Por otro lado, para que el organismo funcione correctamente necesita tanto vitaminas como minerales. El eugenol, uno de los 81 compuestos que contiene el laurel también actúa como antioxidante y fortalece el sistema inmune.
¿Cómo utilizarlo?
La manera más habitual de tomar el laurel es en agua. Ésta puede prepararse poniendo sus hojas en agua fría y llevándola a ebullición o sumergiendo dichas hojas en agua hirviendo, según explica Webconsultas. En cualquiera de los dos casos, hay que dejar reposar al menos 10 minutos y, posteriormente, colarla antes de ingerirla.
También se puede usar de manera tópica elaborando cataplasmas caseros macerando los frutos de esta planta y extrayendo el aceite esencial que contienen para, posteriormente, aplicarlo sobre la zona afectada. No obstante, antes de hacer uso de la especia en esa presentación, lo ideal es consultar al dermatólogo porque puede generar algún tipo de alergias.
En el caso del laurel, al igual que ocurre con otras plantas empleadas en fitoterapia, siempre hay que consultar previamente con un experto la dosis y periodicidad con la que debe tomarse debido a sus posibles contraindicaciones y efectos adversos.