Un grupo de arquitectos planea llevar los edificios a otro nivel, literalmente. En vez de construirlos seguramente sobre el suelo, como suele ser, quieren amarrar uno al extremo de un asteroide y colgarlo sobre la ciudad.
La propuesta, de la firma Cloud Architecture Office, ha juntado un grupo arte concepto para ayudarnos a visualizar como les gustaría que se vieran las ciudades en el futuro – eso si llegamos a un nivel correcto en la escala de Kardashov de avance tecnológico.
¿Y cómo planean los arquitectos que la gente salga de un edificio suspendido a miles de kilómetros sobre la Tierra? En paracaídas.
Aunque lo dudes, Cloud Arquitecture Office ha puesto más pensamiento en el proyecto de lo que esperarías, razonando que la manipulación de asteroides ya no está restringida para la ciencia ficción.
“En 2015, la Agencia Espacia Europea alentó a una nueva ronda de inversiones en minería de asteroides… al probar con la misión Rosetta que es posible aterrizar en un cometa en órbita,” explican en su sitio web. “La NASA ha programado un misión para recuperar un asteroide para el 2021, la cual buscará probar que es posible capturar y reubicar un asteroide.”
Es interesante, pero no olvidemos que la otra investigación de la NASA de finales del 2016, en la que descubrió que la Tierra está muy poco preparada en caso de que un asteroide la golpeara, específicamente porque son muy difíciles de manipular.
Dejando de lado los tecnicismos, la llamada Torre Analemma sería colocada en una órbita geosincrónica, es que un órbita que se empareja exactamente con la rotación terrestre en sus ejes.
Así que para un observador en la superficie de la Tierra, el rascacielos regresaría a su posición exacta en el cielo después de aproximadamente 23 horas, 56 minutos y 4 segundos.
De acuerdo con los arquitectos, eso le permitiría viajar entre los hemisferios Norte y Sur en el lapso de un día.
«El rastro en la tierra para esta torre de péndulo sería una figura ocho, donde la torre se movería en su velocidad más lenta en la tapa y la parte inferior de la figura ocho, permitiendo la posibilidad para que los ocupantes de las torrecillas interfieran con la superficie del planeta en estos puntos,» explica el grupo.
«La órbita propuesta está calibrada de modo que la parte más lenta de la trayectoria de las torres ocurriría sobre la ciudad de Nueva York».
El rascacielos sería suspendido de un asteroide orbitando la Tierra a 50,000 km por encima de la superficie. El edificio en sí estaría situado a unos 32 km por encima de la superficie.
El problema aquí es que los seres humanos funcionan tan bien a tales altitudes – como el equipo explica, por el vacío cercano y los -40 °C de temperatura se necesitarían trajes de protección cuando los visitantes están entrando y saliendo del edificio.
Por supuesto, que el proyecto nunca se lleve a cabo, pero en un mundo donde los sueños del futuro van a tener que ser mucho más grandes que los coches voladores y los hoverboards, los edificios flotantes no son una mala idea.