La elección de pareja no es un acto casual, aunque muchas veces creemos que el azar pone a nuestra futura pareja en el camino. Por eso, un grupo de biólogos, psicólogos y antropólogos de más de 45 países colaboran en un proyecto para entender cómo ha evolucionado la elección de pareja en los seres humanos, así como los factores que influyen en la percepción de la belleza.
En un comunicado para la Agencia Informativa Conacyt, el doctor Jorge Contreras Garduño, del Laboratorio de Ecología Evolutiva de la Escuela Nacional de Estudios Superiores Unidad Morelia (ENES) y coordinador en México de este proyecto (liderado en otros países), comentó que el estudio brindó un mejor diagnostico acerca de la evolución de la conducta y la selección sexual humana.
Los expertos utilizaron una serie de encuestas aplicadas por países en su idioma nativo. La información obtenida se cuantificó y se reenvió a los países para que lo interpretaran en función de otros datos.
Los resultados arrojaron que al elegir pareja entran en juego diversos factores que impactan en nuestra decisión y que en más de una ocasión no son razonadas, sino que “derivan de una herencia biológica que viene desde nuestros antepasados”, afirmó Garduño.
La mayoría de las ocasiones nos guiamos por los estereotipos de belleza para la elección de una pareja, los cuales son un reflejo de qué tan saludables somos y esto hace que nuestro cuerpo se sienta atraído por otros de forma inconsciente.
Las variables en las que nos fijamos son las siguientes:

Rostro
La forma del rostro indica los niveles de testosterona o estrógeno que tiene una persona, y esto sobre todo se observa en la forma de la mandíbula, señaló el doctor Jorge Contreras.
A mayor presencia de esta hormona, más se verá reflejada en el rostro y por lo tanto más atractiva será la persona.

Economía
El salario y los recursos son pieza importante. Muchas veces se habla del dinero como uno de los factores que determinan elegir una pareja; sin embargo, ¿podrías imaginar que la cantidad de recursos también forma parte de la herencia biológica?
Los científicos concluyeron que “las personas consideran la cantidad de recursos para seleccionar una pareja y esto tiene un origen biológico. Las mujeres solían elegir a las parejas más saludables porque así garantizarían que sus hijos fueran saludables, y una forma de incrementar la salud es a través de la cantidad de recursos disponibles de una persona”.

Creatividad
Con esta investigación se obtuvieron algunos datos para medir la creatividad y relacionarla con la conducta. Eso con la finalidad de observar si es un factor relevante al momento de elegir pareja, para lo cual se utilizaron pruebas de dibujo con formas básicas en más de nueve idiomas.
Se descubrió que no solo en los seres humanos la creatividad es un factor importante, sino también en otras especies de animales como peces, aves y otros primates.

Competir para ser seleccionado
Se puede observar que en la mayoría de las especies existen diferentes rituales para verse atractivos ante las hembras, porque son ellas las que seleccionan al macho con el que habrán de reproducirse.
Jorge Contreras señaló que en la mayoría de las especies el macho es quien compite y la hembra es la que elige, debido a que generalmente la hembra es la que más invierte en la salud de los hijos, mientras que el macho puede hacerlo o no dependiendo su especie e historia de vida.

Elección mutua
En la actualidad, la mujer sigue invirtiendo más en el cuidado de los hijos, datos de la ONU señalan que el promedio de tiempo dedicado a los cuidados asistenciales y de trabajo doméstico no remunerados supera el triple para las mujeres que para los hombres. El estudio estudió el comportamiento de mujeres de 83 países.
Biológicamente hablando, esto justificaría que ellas elijan y los hombres compitan; sin embargo, los científicos de este grupo ––conformado por más de 70 investigadores de todo el mundo––, afirmaron que la elección de pareja en el ser humano es mutua.

Mujeres eligiendo hombres
Tomando en cuenta datos de 16 países, las investigaciones consideraron que existe una tendencia mundial al momento de elegir pareja: las mujeres eligen rostros cada vez más masculinos. Sin embargo, también se encontraron variación entre países y se preguntaron la razón.
La respuesta la encontraron al cruzar con datos del Human Development Index y el National Health Index (NHI).
“En aquellos que tienen menos índice de desarrollo humano (educación, salud, ingreso económico y esperanza de vida), hay una tendencia por elegir los rasgos faciales más masculinos, por ser el reflejo de la cantidad de testosterona en el hombre”.
Los especialistas señalaron que esto se debe a que la masculinidad se asocia con una mayor competencia por recursos, salud y una mayor expectativa de vida.

Hombres eligiendo mujeres
El estudio anterior también llevó a los investigadores a preguntarse ¿qué eligen los hombres de las mujeres con respecto a la feminidad? ––tomando en cuenta 28 países––. Los resultados mostraron una diferencia significativa en comparación con el estudio de los hombres.
Existe una tendencia biológica general a optar por los rostros femeninos, independientemente del índice de desarrollo. Sin embargo, al comparar con los datos del National Health Index se descubrió que la salud es uno de los elementos más relevantes a la hora de elegir de los hombres
“A menor índice de salud, menor elección de rostros femeninos”, señaló Garduño.
El grupo de investigadores observó que la feminidad también se asocia con la alta fecundidad.

Elección mutua de pareja
Al definir las variables de elección de pareja en cada sexo, los investigadores se preguntaron si existía una elección mutua de pareja y de ser así, ¿cuál es la tendencia mundial?
Los datos recopilados de 14 mil 500 personas de 45 países fueron acompañados de un modelo matemático para predecir si estas preferencias podrían ser heredables.
“En primer lugar, en todos los países encontraron una preferencia por afinidad selectiva en términos de personalidad, es decir que a nivel mundial elegimos a las personas con personalidad similar a la nuestra y el modelo matemático reveló que estas preferencias podrían ser heredables”.
Esto podría derivar en una coevolución de nuestras preferencias sexuales y podría ser así desde hace varias generaciones, por lo que no sería un atributo de la cultura, señaló el investigador.