En el Día Internacional de la mujer, el Gobierno decidió el cambio de nombre del emblemático “Salón de las Mujeres” de la Casa Rosada, que pasará a llamarse “Salón de los Próceres” y no definió aún el destino para los cuadros que homenajeaban a mujeres y diversidades destacadas de la historia argentina

Las obras expresaban el reconicmiento a una variedad de mujeres y diversidades, desde María Elena Walsh hasta Lohana Berkins.

La noticia la brindó el vocero presidencial, Manuel Adorni, en su habitual conferencia matutina: “Efectivamente el Salón de las Mujeres, que por cierto estuvo 10 años abandonado y prácticamente sin tener mantenimiento, pasará a llamarse Salón de los Próceres por decisión de la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei”, respondió ante una pregunta en ese sentido.

Y consideró que la existencia de un Salón de las Mujeres “tal vez sea hasta discriminador hasta con los hombres”.

Al respecto, la abogada y ex secretaria Legal y Técnica de la Nación, Vilma Ibarra, negó que el anterior gobierno haya desatendido el lugar y afirmó que “el salón estaba en perfectas condiciones”.

“Cuando lo recibimos en 2019, el gobierno de Mauricio Macri ya había utilizado ese lugar para call center o algo similar, y lo que era el Salón de las Mujeres había dejado de serlo durante esa gestión. Encontramos un lugar en malas condiciones, abandonado y fuera del uso de un salón. Se lo reacondicionó y reinauguró en marzo de 2020 con una antesala que era de mujeres y diversidades, donde estaban, entre otras personalidades, la dirigente trans Lohana Berkins, Carlos Jauregui, y había muchas imágenes de personas luchadoras por la defensa de las diversidades. Había un montón de fotos de mujeres luchadoras reconocidas de la historia argentina”, rememoró Ibarra, en diálogo con Somos Télam.

Durante la actual gestión de Javier Milei, el salón “va a seguir perteneciendo al área de comunicación”, dijo Adorni, y sobre el destino de los cuadros de las personalidades históricas arriesgó: “No sé, pero entiendo que va a ser el museo”.

Los cuadros exhibidos en el Salón de las Mujeres” homenajeaban a la escritora y cantantautora María Elena Walsh; la cantante Mercedes Sosa; la primera médica y enfermera argentina Cecilia Grierson; la patriota Mariquita Sánchez de Thompson; la conductora televisiva Paloma Efron conocida como “Blackie”; la ex primera dama Eva Duarte, esposa de Juan Domingo Perón; la generala y héroe de las guerras por la Independencia Juana Azurduy; las escritoras Victoria Ocampo y Alfonsina Storni; la cantante mapuche Aimé Paine; la actriz y cantante Tita Merello; las Madres de Plaza de Mayo; la dirigente socialista Alicia Moreau de Justo; y la escultora Lola Mora.

María Elena Walsh, una de las mujeres cuyo retrato será retirado. /Foto: Wikipedia.
Las imágenes también destacaban la importancia para la historia nacional de las “Mujeres de Malvinas”; la capitana de la Patria y patriota de las guerras de la Independencia, María Remedios del Valle; la referente trans Diana Sacayán que luchó por el cupo laboral travesti trans y la Ley de Identidad de Género; la activista LGBT, líder de la Federación Argentina de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Trans, Claudia Pía Baudracco; la activista travesti pionera en la lucha por la identidad de género Lohana Berkins; el activista LGBT argentino y primer presidente de la Comunidad Homosexual Argentina Carlos Jáuregui; el poeta, sociólogo y activista en defensa de los derechos LGTB Néstor Perlongher; y la abogada, legisladora y destacada dirigente de la Unión Cívica Radical María Florentina Gómez Miranda.

“El salón se usaba frecuentemente para eventos y actos importantes y estaba en excelente condiciones, un salón muy querido, además, y un lugar muy emblemático, porque allí se hacían todas las actividades vinculadas a lanzamientos de políticas de género, que fueron muchas. Allí se recibió a las familias de mujeres víctimas de violencia de género, de femicidios. Era un salón de mucho emblema de la lucha y del compromiso de políticas públicas respecto de políticas de género y diversidades y contra las violencias”, recordó Ibarra.

El salón había sido puesto en marcha el 6 de marzo de 2009, durante el primer mandato presidencial de Cristina Fernández de Kirchner.

“El cambio de nombre lo veo como una provocación, un acto de prepotencia de decir ‘nos animamos a hacerles esto en el día emblemático de lucha de las mujeres’, es una forma de lastimar, de querer hacernos sentir que ellos tienen el poder para hacernos retroceder nuestros derechos y conquistas”

Vilma Ibarra
“El cambio de nombre lo veo como una provocación, un acto de prepotencia de decir ‘nos animamos a hacerles esto en el día emblemático de lucha de las mujeres’, es una forma de lastimar, de querer hacernos sentir que ellos tienen el poder para hacernos retroceder nuestros derechos y conquistas”, consideró Ibarra.

Y agregó: “Lo que están haciendo es pretender decir ‘acá no importa si somos varones o mujeres, somos todos personas’, pero no tenemos que permitir que invisibilicen las enormes desigualdades que hay entre los géneros, (…) nos encantaría ser todos iguales, tener todos los mismos derechos, todos las mismas posibilidades, no tener discriminación, tener los mismos ingresos, tener las mismas posibilidades de acceso al poder, pero no está sucediendo: la pobreza la sufren más las mujeres, tenemos menores ingresos, tenemos el trabajo de los cuidados sobre nuestras espaldas y tenemos enormes desigualdades de violencia, femicidios y demás. Licuar las violencias implica degradar las luchas. Para tener igualdad estamos luchando”.

También la ex ministra de Mujeres, Géneros y Diversidad Elizabeth Gómez Alcorta reaccionó al anuncio del gobierno, a través de una publicación en su cuenta de la red social X: “Nos provocan, pero no comprenden que somos invencibles porque no estamos más solas. Cuando reabrimos ese hermoso salón lo hicimos con Hebe, Norita, Taty, Estela, Lita y otras inmensas mujeres que nos enseñaron a pelear por nuestros sueños de igualdad”.

En tanto, la historiadora del Conicet y docente en la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA, María Victoria Baratta, que se presenta en “X” como “activista por los niños en pandemia y moderadamente liberal”, manifestó: “Ponerle Piazzolla en vez de Kirchner a un centro cultural es una cosa. Sacarle el nombre al salón de las mujeres es absurdo, anacrónico. Podés ponerle tu narrativa a ese salón de las mujeres, pero cambiarlo por Próceres atrasa no uno, sino dos siglos”.