La ciudad de La Plata vivió esta mañana una jornada atípica que inició pasadas las 6 de la mañana cuando apuraban autos, se llenaban panaderías y abrían colegios marcados por el inicio del primer partido de la selección argentina en la Copa del Mundo, en Qatar.
“En el colegio de mi hijo decidieron abrir a las 6.45 para que los alumnos puedan ver el partido junto a directivos, maestros y auxiliares; la otra opción era llevarlo de 9 a 9.30 cuando terminara”, comentó a Télam Mariana, cuyo hijo de 8 años, Bautista, asiste a un colegio privado en la zona de Gonnet.
Es que los colegios de la provincia de Buenos Aires, a partir de una resolución de la cartera educativa, pueden adaptar los horarios de entrada o salida, de acuerdo al horario en el que juega la selección argentina, bajo la premisa de “La escuela le abre las puertas al Mundial”.
“Pese al resultado, fue muy emocionante verlo con mis amigas”, dijo Rosario Armanini, alumna de 2do.de la Escuela 10, quien contó que asistieron unos 60 estudiantes al colegio, y vieron el partido en un proyector que ubicaron las autoridades en un pasillo.
No obstante, algunos de las y los alumnos también se permitieron faltar priorizando “una juntada con amigos”. “En mi escuela, la Anexa, se podía entrar después de ver el partido. Pero de mi grado, no fue nadie”, contó Sofia Pilkowicz durante el entretiempo del partido. “Mi hermana, Camila, también faltó porque se juntaba a ver el partido con amigas en una casa, pero tiene que llevar para el miércoles información sobre Arabia Saudita porque están trabajando contenidos relacionados con el mundial”, añadió.
En los comercios, el clima también se vivió de manera poco habitual. Algunos levantaron las persianas a las 6 de la mañana, sobre todo las panaderías, para permitir que los clientes puedan aprovisionarse de panes y medialunas calentitas. “La atención fue normal, casi como siempre, aunque se notó a la gente un poco apurada antes del partido, y con ansiedad por llegar a su trabajo o volver rápido a su casa”, dijo Lorena Cuevas, de la panadería Le Boin Paine.
Más en el centro, en la verdulería de 17 y 49, Eduardo Miloni, rodeado de banderas de celestes y blancas, y un televisor con el partido de fondo, explicó que abrieron desde temprano ya que “ayer fue feriado y necesitamos trabajar”.
También en “El Volcán”, panadería de diagonal 73 y 18, los empleados atendieron con camiseta y gorros de Argentina y se ubicó una enorme pantalla detrás del mostrador. “Los clientes vinieron a las 6, pero muchos regresaron durante el entretiempo a comprar bizcochos”, contó una de las vendedoras.
Por su parte, en el supermercado Alu, Matías Reynoso, explicó que “se decidió abrir a las 7, y el partido lo miramos un poco por la tele, porque si entraba algún cliente debíamos atender, pero a esa hora había muy poca gente en la calle”.
El tránsito en la capital bonaerense parecía un día feriado salvo en el entretiempo, cuando muchos aprovecharon a trasladarse de un lugar a otro. “Vimos el primer tiempo en mi casa toda la familia, y luego fui a llevar a mis hijos de 2 y 5 años al Jardín, y yo me vine a la oficina”, dijo a Télam, Santiago Balles, quien comentó que encontró “enseguida estacionamiento porque la ciudad estaba desierta”.
En tanto, en las estaciones de servicio, muchos sin conocerse se sumaron en «plateas» improvisadas frente a las pantallas. “No vinimos juntos, pero hoy somos todos amigos” dijeron en la YPF de 122 y 60, Leandro y Hernán, que desayunaron con Gabriel y Daniel, que conducen una combi y un camión.
El playero Hugo Albornoz, de la estación ubicada en13 y 530, explicó que “desde que comenzó el Mundial se colocaron banderas argentinas en los cuatro costados de ingreso, y hoy algunos clientes se quedaron a ver el partido en el local de la confitería”. “Obviamente todos sufriendo, aunque es el primer partido y queda mucho por delante todavía”, agregó.
Los bares también fueron estrellas, la tradicional cervecería La Modelo se convirtió en un centro de hinchas que disfrutaron de medialunas con la pantalla gigante, así también la decoración enmarcó cada lugar de la ciudad.
En la Terminal de Ómnibus, el movimiento fue menor al que se vive diariamente. “Hubo menos gente, pero todos estuvieron animados alentando, pese a la sorpresa del resultado”, contó Daiana, encargada de la cafetería de la Terminal, tras servir un café con leche a Sebastián y Fernando, quienes a diario viajan hacia Retiro, y hoy fueron autorizados a llegar un poco más tarde a la distribuidora en la que trabajan.
La refinería “Complejo Industrial Ingeniero Enrique Mosconi”, Ensenada, no fue la excepción y autorizó el ingreso a planta a las 10 de la mañana, pero se debieron garantizar los servicios de guardia, por lo que muchos trabajadores “estuvieron pendientes de la radio”, comentó Nahuel Chancel, Secretario General del Sindicato Unidos Petroleros e Hidrocarburiferos (Supeh) filial Ensenada.