Las flores de Bach son un remedio para aliviar trastornos emocionales y que, siguiendo la premisa de esta terapia floral, pueden ser la causa de diversas enfermedades físicas. Los remedios florales no son un sustituto de otros tratamientos, sino un complemento natural. Las flores de Bach son un remedio para adultos y para niños, especialmente en estados de ansiedad, nerviosismo, irritabilidad.
Este remedio natural se obtiene de la infusión de flores silvestres en agua y, posteriormente, expuestas al sol. Al tratarse de un remedio natural no tiene efectos secundarios, no crea adicción y se puede tomar con efectos preventivos y curativos. Vamos a ver más detenidamente los beneficios de las flores de Bach y algunos consejos para su utilización cuando se trata de niños.
Beneficios de las flores de Bach
Las flores de Bach son un remedio natural que permite equilibrar las emociones para no dejarse llevar por los sentimientos y emociones negativas. Por ejemplo, la flor de achicoria silvestre alivia los síntomas de la ansiedad, un trastorno que no es exclusivo de los adultos, ya que los niños también pueden padecer ansiedad y estrés. Otra flor, el Mímulo (mimulus) es buena para aplacar los miedos o inseguridades de enfrentarse con algo nuevo, como puede ser ir por primera vez al colegio o pasar a dormir en su propia cama.
Aspen: Para el miedo a la oscuridad y a la soledad.
Achicoria y Brezo: para los niños que requieren atención continua.
Centaury: Para los niños hipersensibles.
Jara: Para los niños asustadizos.
Cerato: Para los niños con poca confianza en sí mismos para tomar decisiones.
Cherry Plum: Para niños irascibles.
Clematis: Para los niños más despistados y que parecen tener la cabeza en las nubes.
Holly: Para aplacar los sentimientos de celos o envidias, por ejemplo de los hermanos pequeños.
Madreselva: Para los sentimientos de melancolía.
Scleranthus: Para los niños que tienen dificultades para dormir por la noche.
Impatients: Para niños nerviosos e impacientes.
Violeta de agua: Para los niños solitarios y reservados.
Alerce: Para los niños inseguros en la escuela.
Mimulus: Para los niños temerosos.
Verbena: Para los niños hiperactivos.
Vid: Para los niños autoritarios y dominantes.
Rescue Remedy: Para un trauma repentino.
Cuándo usarlas
Las flores de Bach, como remedio natural, son recomendables en algunas situaciones concretas, como por ejemplo, y cuando hablamos de niños:
En momentos de cambios, por ejemplo durante la dentición al cambiar la guardería por el colegio.
Cuando presenta problemas para concentrarse en sus estudios.
Cuando tienen problemas con el sueño.
Cuando les asaltan emociones negativas hacia algún hermano o hermana (celos…).
En situaciones de hiperactividad o hipersensibilidad.
Cuando se muestran agresivos e incontrolables.
Cuando tienden a aislarse del mundo.
Dónde comprar flores de Bach y cuál es la dosis
Las flores de Bach se encuentran en farmacias y tiendas especializadas en homeopatía. Por lo general se administran en forma de gotas disueltas en agua.
En cuanto a la dosis, cuando se trata de niños conviene que sea más baja. La dosis recomendada para los adultos suele ser de 4 gotas disueltas en agua 4 veces al día. En el caso de los niños, sobre todo lactantes, se puede reducir a la mitad (2 gotas 4 veces al día), disueltas en agua u otro tipo de bebida. Lo importante es que la bebida al verter las gotas no esté caliente.
Las flores se toman generalmente por la mañana con el estómago vacío, antes de las comidas y por la noche antes de acostarse. Las flores de Bach no tienen efectos secundarios, por eso se pueden administrar a los niños más pequeños. Los efectos positivos son además más rápidos en los niños. En el caso de los adultos suele ser recomendable tomar flores de Bach durante 4-6 semanas para reforzar los resultados; en el caso de los niños un par de días pueden ser suficientes.