El gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, inauguró hoy un espacio para la memoria y la promoción de los derechos humanos en el edificio en el que funcionó el centro clandestino de detención “La Cacha” durante la última dictadura cívico-militar, en La Plata, donde aseguró que “mientras a nivel nacional campea el negacionismo, en la provincia de Buenos Aires subsiste y florece la memoria”.

El mandatario estuvo acompañado por al ministro de Justicia y Derechos Humanos, Juan Martín Mena; el intendente local, Julio Alak; el subsecretario de Derechos Humanos, Matías Moreno; la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto; y la madre de Plaza de Mayo, Herenia Sánchez de Viamonte.

Según los relatos de los sobrevivientes, el nombre «La Cacha» estaba referido al personaje de Hijitus, la bruja Cachavacha, que tenía una escoba que «hacía desaparecer gente».

“La Cacha” estaba emplazada en las afueras de la ciudad de La Plata, en las antiguas instalaciones de LS 11 Radio Provincia ubicadas en Avenida 53 y Ruta Provincial N°36, en terrenos pertenecientes al Servicio Penitenciario Bonaerense linderos a la Unidad Carcelaria N° 1 de “Lisandro Olmos”.

Esa dependencia funcionó como centro clandestino desde los últimos meses del año 1976 hasta noviembre de 1978 y estaba a cargo del Destacamento 101 de Inteligencia del Ejército y con participación del Servicio Penitenciario de la Provincia de Buenos Aires, la Armada y el Ejército.

Allí estuvieron detenidas ilegalmente más de doscientas cincuenta personas y el lugar fue señalizado en 2009 y 2014 según Ley Nº 26.691 de Sitios de Memoria.

En el acto, Kicillof destacó que “este espacio de memoria requirió un trabajo arqueológico muy importante, ya que gran parte de este ex centro clandestino de detención había sido demolido para esconder los crímenes que se llevaron a cabo en él”.

“La idea de los genocidas fue asesinar y ocultar los restos: hubo un pacto de silencio para desaparecer también las pruebas y la historia”, agregó.

La obra incluyó pasarelas y techados y fue realizada con el objetivo de conservar los restos de las estructuras recuperadas mediante los trabajos de excavación arqueológica que llevó a cabo el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF). Asimismo, se contempló la preservación de las arboledas lindantes al predio, ya que forman parte del paisaje que fue reconocido por las y los sobrevivientes.

“En este momento tan difícil para nuestro país, esta inauguración tiene un valor aún mayor: demuestra que las obras son también para construir espacios de enseñanza y de historia”, expresó el Gobernador y subrayó: “Estamos acá para dar respuestas, mostrar resultados y cumplir con nuestro mandato popular: mientras a nivel nacional campea el negacionismo, en la provincia de Buenos Aires subsiste y florece la memoria”.

En ese sentido, Mena anunció: “Esta mañana firmé una resolución que instruye la incorporación en la currícula de manera obligatoria, para todo aspirante al Servicio Penitenciario Bonaerense, la visita y la capacitación en este espacio de memoria, porque no puede haber ningún integrante de la fuerza que no conozca los crímenes que se han cometido”.

La inauguración se llevó a cabo en cumplimiento de la Ley Provincial N°13.584, que establece la necesidad de preservar los sitios que funcionaron como CCD durante la última dictadura. “La Cacha” funcionó desde los últimos meses de 1976 hasta finales de 1978, dentro del predio del Complejo Penitenciario Lisandro Olmos. Allí estuvieron detenidas ilegalmente más de 250 personas.

“Estamos pasando momentos difíciles en nuestro país y, sin embargo, tenemos la fuerza de saber que todas y todos los argentinos debemos estar unidos: vamos a seguir luchando para que la verdad, la memoria y la justicia sean una realidad”, afirmó Carlotto.

A su turno, Alak explicó: “Esta inauguración no es un hecho aislado, sino resultado de una política de promoción y capacitación sobre la importancia de estos sitios históricos que ya forman parte de la reparación y la memoria de nuestra ciudad”.

En ese marco, el abogado querellante de HIJOS, Ramón Baibiene, cuya madre estuvo detenida y fue desaparecida en ese lugar, manifestó en declaraciones a radio Provincia que ante este hecho “se cruzan los sentimientos porque da felicidad encontrarme con sobrevivientes que me pudieron dar testimonio sobre mi vieja”, así como “recordar todos estos años de lucha, el trabajo del Equipo de Antropología Forense y todo lo que transitamos”.

“Cuando recién arrancábamos en HIJOS decíamos que éramos detectives de la memoria porque tuvimos que reconstruir la identidad de nuestros padres mientras íbamos construyendo la propia y siempre hay una historia nueva o una nueva forma de ver lo que había ocurrido”, precisó.

Subrayó “la importancia de los sobrevivientes que, a través de sus testimonios siempre valientes, nos permite reconstruir este centro de tortura en un espacio de memoria”.