El gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, rechazó hoy que la policía bonaerense haya quemado casillas durante el desalojo realizado días atrás en el predio de Guernica, en Presidente Perón, y destacó que en ese operativo «no hubo ni un herido».
«Lo que pasó en Guernica es doloroso. Es doloroso que haya gente sin casa, sin vivienda y en situación precaria. Se estima que son dos millones de personas las que tienen problemas habitacionales en la provincia de Buenos Aires y este es un problema que viene de muy atrás», expuso el mandatario en declaraciones a radio Con Vos.
El gobernador manifestó que «eso no se soluciona con tomas sino con políticas públicas», añadió que la respuesta a esa problemática «es la justicia social» y subrayó que su administración no va «a esconder los problemas».
«No va a ser en diez minutos, pero vamos a hacer algo que no se hizo nada en la magnitud, en la respuesta y en la mirada», dijo Kicillof.
Luego, rememoró que en la toma de tierras de Guernica, desde el Poder Ejecutivo se trabajó «para asistir a la gente» desde un equipo interministerial, por lo que se le pidió al juez de la causa «que posponga el desalojo», pero describió que «el 23 de septiembre llegó la orden de desalojo de la justicia, es la que decide que no puede estar la gente asentada».
«Nos corrieron 40 días por derecha diciendo que había que desalojar violentamente. Fueron a Guernica (Cristian) Ritondo y otros miembros de la oposición y (Mauricio) Macri pidió desalojar. Esperaban una represión violenta, con heridos, como ocurrió durante todo el macrismo con cosas mucho menos complicadas», dijo.
Al respecto, dijo que es «miserable hacer política o buscar votos de situaciones lamentables».
Kicillof remarcó que desde su Gobierno le plantaron al juez que no se iba a desalojar inmediatamente, porque necesitaban hacer un censo para ver cuánta gente había, en qué condiciones y cómo la podían ayudar.
«Luego criticaron que ayudáramos al a gente. El debate público fue bastante pobre», analizó y consideró que se dio «una respuesta sin precedentes».
Sostuvo que «eran 1000 familias y con 750 arribamos a soluciones: ayuda para el alquiler, materiales para construir o ampliar», apuntó que «el 80% de los censados consiguió soluciones».
«Cuando terminó la primera prórroga, pedimos otra. El juez y el fiscal dijeron que no y lo elevaron a la Cámara, que también dijo que no. Hablamos con la gente para lograr soluciones de corto plazo, que se muden transitoriamente a los refugios montados en 11 hectáreas de cuatro terrenos distintos hasta conseguir soluciones definitivas mediante el plan de 3 mil lotes con servicios en Presidente Perón», contó.
Insistió así en que el Gobierno no contaba «con más prórroga», dijo que «algunas organizaciones políticas querían resistir ahí y tomar la tierra para siempre» y describió que «llegó el día 30» y debió ejecutarse el desalojo, que se llevó a cabo sin «un sólo rasguñado o herido».
«La policía no quemó casillas y no hubo ni un herido. No es agradable. No queríamos eso. Pero había una orden judicial y se ejecutó de la mejor manera posible», opinó el mandatario.
En ese contexto, expuso que desearía que nada de ello hubiera ocurrido, pero remarcó que «todas las familias tienen una respuesta del Estado».
«Yo no decidí ni el desalojo ni que se produjera la toma», continuó y graficó que «el problema habitacional de la provincia lleva muchísimo tiempo: el gobierno anterior dejó de hacer viviendas».
Así, destacó que entre 2009 y 2015 «se hicieron 7 mil viviendas populares por año», contó que planea «un programa muy ambicioso» mediante el cual construirán «entre 10 y 11 mil anuales y 85 mil terrenos con servicios en tres años».
«Para eso, vamos a hacer también un registro de tierras porque hay que ordenar muchas cuestiones», añadió y finalizó: «Hay que evitar tanto las tomas como los desalojos».