Luego de que las barberías volvieron a ponerse de moda, les llega el turno ahora a las peluquerías que, buscando atraer adolescentes y jóvenes, ofrecen en sus locales algo más que cortarse el pelo: bandas en vivo, exposiciones de arte o barras de trago integran la tendencia de los «estilistas» del 2.000
Como gran parte de las tendencias, la de las peluquerías «con algo más» surgió en Palermo pero ya se extendió a buena parte de la Ciudad y la zona norte del conurbano bonaerense.
«Si puedes imaginar, lo puedes crear», dice Walt Disney desde un cartel de la peluquería Prana del barrio porteño de Belgrano, junto al dibujo de la cabeza de una mujer teñida de naranja y rapada con círculos. Repartido en dos pisos, el local está adornado con grafitis de «Star Wars», en los que suena la voz en vivo de un cantante pop.
«Acá vienen los que les gusta la música y la pasan bien», contó a Télam Ana de 44 años, mientras aguardaba que un peluquero termine el rapado a mitad de la cabeza de su hijo Teodoro de 11.
La mujer dijo que conoció la peluquería a través de su hermano de 40, también cliente, y hace dos años que su otro hijo de 13, Wenceslao, se corta el pelo allí.
«El lugar tiene personalidad, hacen los cortes que pedís y también los que están de moda o son clásicos», explicó y agregó que el plus de la música en vivo y la «buena onda» de los estilistas hacen un ambiente muy agradable.
Uno se sus fundadores, Nestor Bravo, recordó que empezaron cortando el pelo gratis en discotecas y en la plaza Serrano del barrio de Palermo y hoy ya llegaron a 11 sucursales en barrios como Villa Urquiza, Villa Pueyrredón y Colegiales.
Adolescentes y jóvenes se sientan en los sillones de la primera sucursal, creada hace 13 años en la Avenida Cramer 2300, para que les retoquen los cortes o los naranja, azul, violeta y hasta tricolor.
Pero los estilistas, que tienen entre 20 y 25 años, informaron que «también vienen muchos adultos.
Brenda Navarro, de 24 años, dijo que son muchos los que se hacen colores como ‘hielo’ (blanco) o se tiñen las canas de azul».
Un hombre de 50 años se enjuagaba el teñido color azul de su barba que resalta de su pelo blanco, mientras otro cliente de 35 se realizaba un corte clásico de pelo corto y relataba a Télam su experiencia de tocar allí con su banda.
Otra joven de 29 años, Aimé Yeme, quien aguardaba su turno para cortarse, reveló que tras fallidas experiencias en «las clásicas» peluquerías, llegó a ese lugar que se «animaron» a darle forma a su corte corto.
«No me querían pelar, me decían que era una lástima porque tengo un pelo ‘lindo’ y acá dije: ‘si se animan a hacer colores raros, se van a atrever a cortarme corto’ y me encantó», contó Yemen quien reemplazó las esperas «de 5 horas con revistas de chismes» por un lugar para «distenderse».
Por el local, pasaron la banda Tan Bionica, la cantante Miss Bolivia o el artista uruguayo Dani Umpi.
«Muchos vienen a cortarse el pelo y se quedan a tocar, es como ‘zapar’ en tu casa», contó otro de los fundadores, Beto Sosa, maquillado, con tres aros en la nariz, pelo platinado y tatuado del cuello a sus manos con dibujos de sus hijos .
Otra peluquería denominada ‘Jopo’ alberga a tres estilistas, que a la vez son músicos, en el barrio de San Telmo que buscan hacer de su lugar de trabajo un espacio de arte para compartir con sus clientes.
«Cortamos el pelo hace más de 10 años y convivimos con artistas, eso no podía ser ajeno a nuestra peluquería», contó a Télam uno de los tres dueños del salón, que solo devela su apodo artístico, George McFly de 39 años, Dj que toca con discos de vinilo.
Leo Taddeo (39), otro de los fundadores, detalló que al lugar que crearon hace 6 años en el pasaje José Modesto Giuffra «vienen músicos que se enteran que zapamos o un cliente que tiene ganas toca, todo sucede en ‘el mientras tanto'».
«Es una peluquería tradicional en la forma de trabajar porque hacemos cortes divinos, pero el ambiente que se crea es lo que somos nosotros; trabajamos y después tomamos una cerveza, mate, se toca música o jugamos al ping pong», agrega Leo que confía en que pasan muchas horas allí y «lo más importante es pasarla bien y la gente que viene acá busca lo mismo».
El otro creador, Santo Romeo, 35, toca en diferentes bandas y es multinstrumentista.
La vidriera de la peluquería muestra una bañera llena de discos de vinilo junto a una bicicleta antigua y lámparas redondas con una luz tenue y relajada.
El rincón musical que invita a tocar desde la entrada de la peluquería posee un teclado, piano electrónico, batería y un equipo de sonido.
El salón se conecta con un espacio que posee una librería y muestras de arte, donde también se organizan talleres artísticos.
«No se qué pasó primero, si entré porque el lugar es lindo, por la música o si antes me hice amiga de ellos, creo que todo se dio al mismo tiempo», contó una clienta mientras se cortaba el pelo, María de 35 años, que va con a su hijo desde que era bebé.
Hace tres sábados comenzó el ciclo de música «Sábado de buenas vibras» en la peluquería y barbería ‘Barber shop’, en Olivos.
«Una sábado por mes implementamos la metodología de cortar por orden de llegada y fue un cliente el que tocó las dos primeras veces», explicó el encargado del lugar, Matías Silva.
Invitan tragos y bebidas durante todo el día y a la tarde ofrecen pizzas o empanadas, mientras los músicos tocan en dos horarios, a las 16 y a las 18 horas, «para pasar un buen momento».