Desde hoy, aquellos celulares que sean denunciados como perdidos, robados o falsificados serán bloqueados y no podrán funcionar con ninguna red móvil del país.
Esa medida forma parte de un plan que, a la vez, incluye inspecciones en galerías comerciales, la recuperación de equipos sustraídos e incluso controles a aparatos personales en la vía pública, en «zonas calientes» de la ciudad, a cargo de brigadas especializadas.
Oficialmente, se estima que más de dos millones de teléfonos adulterados se darán de baja gradualmente; cuando se pretenda cambiar la tarjeta SIM de uno de estos dispositivos de la «lista negra», el sistema se bloqueará y no se podrá conectar más a una red móvil.
Los expertos calculan que se darán de baja a un promedio de 4000 celulares por día. En los últimos cuatro meses la División de Cibercrimen de la Policía de la Ciudad, que encabezó los primeros operativos, detuvo a 90 personas en las inspecciones: el 95% son extranjeros; entre ellos, casi el 67% son peruanos.