El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, afirmó hoy que regresó al poder «sin odio» para respetar sus orígenes y gobernar para los más pobres, y prometió que trabajará para que «nunca más un genocida pueda elegirse en base a la industria de mentiras», en referencia a su antecesor, Jair Bolsonaro, durante un encendido discurso por el aniversario número 43 del Partido de los Trabajadores (PT).
«Muchos se preguntan qué Lula va a gobernar este tercer mandato y yo les digo que el que gobierna este país es el que no se olvida de sus orígenes, el que vivió en casas que se inundaban por las lluvias, el que pasó hambre y conoció el pan por primera vez a los siete años», dijo.
«Lula volvió para cambiar este país, para que ningún niño más muera de hambre», agregó Lula esta noche en Brasilia, en la convención partidaria para festejar el aniversario del PT, fuerza que el fundó en 1980 en San Pablo.
Emocionado, el mandatario hizo un repaso de su trayectoria y de la fundación del PT en la dictadura militar y califiicó a su fuerza como «el mejor partido político del mundo» porque nació «de abajo hacia arriba».
En el evento estuvieron los principales referentes del partido y sus aliado, entre ellos el exjefe de gabinete José Dirceu, extitular del PT y condenado por corrupción en los escándalos del Mensalao y del Petrolao que fue reivindicado por Lula durante su discurso, en una escena inédita desde que el dirigente abandonó el primer gobierno del partido en 2006.
Lula recordó que el PT gobernó entre 2003 y 2010 y con Dilma Rousseff de 2011 a 2016.
«Todo lo que hicimos en 13 años fue destruido por el golpe contra Dilma y el mandato de cuatro años de un genocida que debe ser juzgado por la cantidad de personas que murieron durante su gobierno», aseguró.
En ese marco, dijo que trabajará para que «nunca más un genocida pueda elegirse en base a la industria de mentiras», en referencia a Bolsonaro, cuyo entorno está diseminando que busca volver en las elecciones de 2026 pese a la apertura de procesos judiciales en su contra.
Lula también sostuvo que la militancia debe tener paciencia para explicar el pensamiento del partido y del gobierno: «Debemos repartir felicidad porque no se puede ser feliz en soledad».
El exsindicalista agradeció a la militancia por la vigilia montada en Curitiba, frente a su lugar de detención, que durante 580 días reclamó por su liberación de una condena por corrupción que fue anulada por la corte suprema por manipulación política y falta de pruebas.
«Nací para cuidar de la gente de mi país, nací para ser un cuidador de las calles haciendo que el pueblo levante cabeza y luche por sus derechos», djio Lula, en una acto en el que estuvo presente la expresidenta Dilma Rousseff y la titular del PT, Gleisi Hoffmann, como principales oradoras.
Hoffman fue reelecta al frente del partido hasta 2025 y fustigó la política del titular del Banco Central, Roberto Campos Neto, de mantener la tasa de interés de referencia en 13,75%, supuestamente para enfriar la economía.
Campos Neto es un bolsonarista que asumió en 2021 y tiene mandato hasta 2024 en el marco de la nueva ley de independencia del Banco Central, que impide al vencedor de las elecciones designar al jefe de la autoridad monetaria.