El incremento de las expectativas de las empresas automotrices y tecnológicas por la adopción de los coches autónomos no está siendo acompañada por siete de cada diez conductores estadounidenses que, al ser consultados en una encuesta, dijeron que no se subirían a uno de esos automóviles.
La Asociación de Automovilistas de Estados Unidos (AAA) no sólo detectó ese rechazo por parte de los conductores, sino que además el 63% de los consultados dijeron sentirse menos seguros cuando van en bicicleta por la carretera si saben que por allí circulan esos dispositivos.
Buena parte de este temor es explicado por el incremento de las pruebas que los desarrolladores están realizando en las rutas estadounidenses y que, en algunos casos, terminaron en accidentes fatales.
Por ejemplo, el pasado 18 de marzo, un vehículo autónomo de pruebas de Uber arrolló y mató en el estado de Arizona, a Elaine Herzberg, de 49 años.
En ese sentido, el rechazo a ser trasladado con esta tecnología aumentó 14% respecto del año anterior.
Sorprendentemente, la última encuesta de AAA descubrió que los «millennials», el grupo de menores de 40 años «que ha sido el más rápido en adoptar las tecnologías automotrices automáticas, fueron los más afectados por estos incidentes».
Dentro de ese grupo etario, el temor a viajar en un vehículo completamente autónomo aumentó del 49 al 64% desde finales de 2017 «lo que representa el mayor incremento de cualquier generación encuestada».
«Nuestros resultados muestran que cualquier incidente que involucre un vehículo autónomo puede sacudir la confianza del consumidor, que es un componente crítico para la aceptación generalizada de vehículos autónomos», explicó el director de Ingeniería de la AAA, Gren Brannon, a través de un comunicado.
La organización además instó a que los fabricantes comiencen a usar nomenclaturas que permitan a los consumidores entender los distintos grados de autonomía que posee cada tipo de desarrollo.
«A veces hay docenas de nombres de marketing diferentes para los sistemas de seguridad actuales. Aprender cómo operar un vehículo equipado con tecnología semiautónoma es un desafío suficiente sin tener que descifrar la lista de equipos y el correspondiente nivel de autonomía», concluyó Brannon.