En plena vigencia a sus 35 años, Lionel Messi relega al resto de las figuras del fútbol mundial y se percibe como la figura central del Mundial Qatar 2022, que comienza hoy con la expectativa general de su eventual coronación el próximo 18 de diciembre en la final a disputarse en Lusail.
Ni Mbappé, ni Neymar, ni Lewandowski, ni Cristiano Ronaldo: es Messi la imagen omnipresente en el emirato árabe, algo que puede comprobarse con sólo poner un pie en el Aeropuerto Hamad Internacional de Doha.
«Messi…», pronuncia una oficial de migraciones vestida con una burka negra que sólo deja al descubierto sus ojos, con los que comprueba los pasaportes argentinos entregados por los pasajeros del primer vuelo directo de Aerolíneas.
Al salir de la estación aérea, las fotos de Leo con la camiseta argentina se multiplican por la ciudad y recrean el ambiente que envuelve a la primera Copa del Mundo de la historia en Medio Oriente.
Fanáticos argentinos y de otras nacionalidades, especialmente locales y de países de Asia Meridional, recorren las calles uniformados con la camiseta «albiceleste» número 10.
La comunidad «Argentina Fans Qatar» reúne a hinchas de India, Bangladesh, Nepal, Pakistán y Sri Lanka, que diariamente realizan manifestaciones en la vía pública para palpitar el más esperado debut en la Copa del Mundo.
Messi fue quien más tickets cortó en las instancias de venta habilitadas por la FIFA para los partidos de la primera fase. Argentina jugará sus tres partidos con entradas agotadas y los dos primeros, ante Arabia Saudita y México, se disputarán en Lusail, el escenario más grande del Mundial con capacidad para 80.000 espectadores.
La posibilidad de que Qatar 2022 sea su última función mundialista, reconocida públicamente por el propio astro y deducida por la incidencia lógica del calendario, provoca una expectativa mayúscula.
«Ver a Messi levantar el trofeo en Qatar sería realmente especial para nosotros», reconoció el secretario general del Comité Supremo de Entrega y Legado, Hassan Al-Thawadi, en una entrevista con Télam en septiembre.
Los qataríes, de algún modo, lo sienten propio por su pertenencia al París Saint-Germain, un club adquirido por el fondo Qatar Investment Authority y presidido de Nasser Al-Khelaifi.
El astro argentino se presentará por segunda vez con la camiseta nacional en el emirato del Golfo, doce años después del amistoso que Argentina le ganó a Brasil (1-0) con un gol suyo en el Estadio Khalifa Internacional, un mes más tarde de que Qatar se adjudicara el derecho de organización del Mundial 2022.
Aquel encuentro de noviembre de 2010, que marcó el primer enfrentamiento deportivo con un joven Neymar, estuvo investigado años más tarde por sospechas de esconder un retorno económico para garantizar el voto por Qatar de parte de los dirigentes de ambos países sudamericanos.
La seducción de Messi en el mercado asiático también se verifica en la comercialización de los paquetes de lujo para presenciar partidos de la Scaloneta en esta 22da. edición de la Copa del Mundo.
«Argentina se ubica en el top 5 de venta y sucede algo interesante, porque además de las ventas que salen de su país, tenemos muchos clientes de otras partes del mundo que han comprado para ver a esa selección», contó a Télam José Luis Font, director de Relaciones Corporativas de Match Hospitality, la empresa dueña de los derechos de comercialización de los programas premium
Font admitió que Messi «siempre» significa un imán para la adquisición de los productos exclusivos por «la gran cantidad de seguidores que ha cosechado en diferentes partes del mundo».
«Es un hecho que, en su momento, un aficionado español del Barcelona, además de simpatizar naturalmente por España, también tenía interés de seguir a «su» jugador, tal como sucede ahora con los aficionados del PSG en Francia o el resto del mundo, que quieren ver a las selecciones de sus jugadores aunque sean de otro país. Además, los dueños del PSG son de Qatar, entonces encontramos localmente una afición grande del PSG y sus jugadores», relacionó.
El capitán del seleccionado argentino se convertirá en el primer jugador de su país en disputar cinco Mundiales y quedará por encima de Diego Maradona, Javier Mascherano y Ángel Di María, todos con cuatro ediciones.
Ese privilegio sólo lo gozan, a nivel global, el alemán Lotthar Matthäus, el italiano Gianluigi Buffón, los mexicanos Antonio Carabal, Rafael Márquez, Guillermo Ochoa y Andrés Guardado y el portugués Cristiano Ronaldo.
Los retos de Messi en Qatar también apuntan a presencias y goles con el seleccionado. En caso de tener asistencia perfecta en la fase inicial, Leo llegará a 22 partidos, relegará a Diego (21) y quedará como el futbolista argentino con mayor cantidad de encuentros en la máxima competencia FIFA.
Para alcanzar a Gabriel Batistuta como máximo anotador histórico de la «Albiceleste» en la Copa del Mundo necesita 4 goles, una marca nada imposible por su potencial. Hasta el momento suma seis gritos: uno en Alemania 2006, cuatro en Brasil 2014 y otro en Rusia 2018.
Qatar y Ecuador dejarán inaugurado este domingo la Copa del Mundo, aunque para miles de fanáticos será sólo un comienzo testimonial hasta que Leo pise la cancha para enfrentar a Arabia Saudita, el martes a las 7:00 en Lusail.