La familia que fue víctima de un millonario robo en su casa del country Gran Bell de La Plata el pasado sábado sospecha que existió un «entregador» que conocía los movimientos de los habitantes de la vivienda y el sitio donde guardaban los objetos de valor, y que la banda llevó a cabo una «gran tarea de inteligencia», ya que contaba con información «precisa y certera», dijo hoy el abogado de los damnificados.
«No fue un robo al voleo. Tenían información certera y se movían con tranquilidad a sabiendas de que nadie los iba a detener», dijo esta mañana a Diego Lacki, representante legal de la familia que fue víctima del robo de dinero -en pesos y dólares-, joyas y tres armas de fuego.
Fuentes policiales indicaron que el hecho se registró el pasado sábado a las 19.20 en el barrio cerrado ubicado en la calle 467, entre 144 y 146, en la localidad de City Bell, donde viven, entre, la ministra de Desarrollo Social, Victoria Tolosa Paz; el intendente de La Plata, Julio Garro, empresarios platenses y jugadores de fútbol.
En los videos de las cámaras de seguridad del lugar secuestrados en el marco de la causa, se advierte a esa hora la entrada al country de un Peugeot 208 gris conducido por una mujer y en el que iban tres hombres, quienes lograron pasar la barrera de seguridad del barrio al fingir que tenían problemas técnicos con la tarjeta de ingreso.
«El country tiene tres puertas. Dos son de ingreso: la principal, por la que entran los propietarios, y la ubicada a la derecha, por la que pasan las visitas. La puerta de la izquierda es la de salida, por la que salen todos», describió el letrado.
Lacki sostuvo que el Peugeot «era conducido por una mujer de unos 40 años que simuló acercar una tarjeta al lector y, como la barrera no se levantaba, reiteró dos veces más esa acción hasta que el vigilador accionó el botón y la levantó».
Para la familia, integrada por un matrimonio que se dedica al comercio de carne y a negocios inmobiliarios, y su hijo, es «llamativo» que el guardia de la garita haya levantado la barrera y les haya permitido pasar sin certificar sus identidades ni revisar el vehículo, lo que incumple todos los protocolos de control establecidos.
Una vez en el interior de Gran Bell, los ladrones se dirigieron hacia la casa y aguardaron durante dos horas hasta que hijo del propietario saliera, para luego ingresar al lugar tras violentar la puerta del quincho.
«Accedieron al barrio, de ahí se dirigieron directo a la propiedad pero, como vieron que afuera estaba estacionado el vehículo del hijo, se quedaron dando vueltas por el barrio dos horas sin que ningún control se acerque», describió Lacki.
«Es rarísimo, porque el country tiene 550 casas y montón de calles», añadió el vocero, quien por tal motivo cree que los ladrones «tenían tan estudiando el tema, ya que «fueron derecho a la casa sin perderse» y se movieron «con tranquilidad a sabiendas de que nadie los iba a detener».
«El barrio tiene carritos de seguridad que permanentemente dan vueltas para ver si hay algo extraño. No puede haber pasado desapercibido que no paraban de dar vueltas cuatro personas en un auto sin ir a ningún lugar. Llama la atención», insistió Lacki.
Para el letrado, «seguramente los criminales tenían el dato de que el matrimonio, por su actividad comercial, trabaja todo el día y llega siempre 9:30 o 10 porque, cuando el hijo salió, fueron hacia la propiedad»,
El abogado contó que «una vecina vio que la mujer que conducía el auto se quedó con el vidrio bajo hablando por teléfono», mientras que «los tres malvivientes entraron a la casa y, como sabían dónde están las cámaras, se taparon las caras» para poder cometer el robo.
Lecki contó que el sistema de vigilancia del domicilio cuenta con audio y que «en el video se escucha que se manejaban con un celular en alta voz, mediante el cual la mujer de afuera les indicaba hacia dónde dirigirse en una casa de dos plantas, con muchas habitaciones y de 600 metros cubiertos».
«Fueron primero al lavadero, donde había bolsos deportivos, luego se dirigieron a la bóveda, robaron, cargaron todo en los bolsos y se fueron. Todo duró nueve minutos. Sabían perfectamente a dónde tenían que ir. Tenían una logística muy quirúrgica y perfecta. Todo lo hicieron con mucha efectividad e impunidad, a cara descubierta, sin anteojos, barbijo ni gorra», indicó Lacki.
Los delincuentes sustrajeron el botín y luego salieron por la misma puerta por la que habían entrado, se dirigieron al acceso, chocaron la barrera y escaparon por la calle 467, en sentido a la calle Belgrano.
Los dueños de la vivienda arribaron a las 21:15 a su hogar y, al detectar que habían sufrido un robo, llamaron al 911, por lo que, bajo las órdenes de la fiscal Virginia Bravo, de la Unidad Funciona de Instrucción 7 la Plata, policías de la comisaría 10ma. y de la Delegación Departamental de Investigaciones de La Plata trabajaron en el lugar.
«Todavía no tenemos respuestas. Esperamos tener novedades a lo largo del día», manifestó el abogado, quien además pidió que se investigue si los criminales lograron ingresar por la complicidad de los agentes de seguridad del lugar.
Tras el robo, las autoridades del country emitieron un comunicado para los vecinos, en el que calificaron como una «acción gravísima e injustificable» sobre la cual «el guardia y la empresa de seguridad deberán responder».
Detallaron desde la administración del barrio cerrado que se separó inmediatamente al guardia de seguridad que estaba de turno en la garita al momento del ingreso de los delincuentes y precisaron que por estas horas analizan si la empresa de seguridad continúa prestando el servicio o si habrá sanciones en su contra.
En marzo de 2016, en el mismo country Grand Bell, delincuentes robaron en la casa del intendente Garro, mientras que un año antes, en octubre de 2015, fue asaltada la casa de Gustavo Barros Schelotto, exfutbolista de Boca y Gimnasia.