Sea Surface Temperatures During Hurricane Katrina<a href="https://www.flickr.com/photos/24662369@N07/4923846048" rel="nofollow">Sea Surface Temperatures During Hurricane Katrina</a> by <a href="https://www.flickr.com/photos/24662369@N07" rel="nofollow">NASA Goddard Photo and Video</a> is licensed under <a href="https://creativecommons.org/licenses/by/2.0/" rel="nofollow">CC-BY 2.0</a>

Meteorólogos, climatólogos, especialistas en hidrología y agronomía se reúnen en forma mensual para llegar a un pronóstico de consenso de los próximos tres meses, una información clave para diferentes sectores como el agro o el turismo.
En el análisis del pronóstico trimestral participan no sólo profesionales del Servicio Meteorológico Nacional (SMN) sino también del Instituto Nacional del Agua (INA), de la Cátedra de Climatología Agrícola de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires (UBA), del Departamento de Ciencias de la Atmósfera y los Océanos (DCAO) de la UBA, del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria, de la Autoridad Interjuridiccional de las Cuencas de los Ríos Limay, Neuquén y Negro (AIC), del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet), de la Subsecretaría de Recursos Hídricos de la Nación, y de la Comisión Regional del Río Bermejo.
«El pronóstico trimestral es importante para distintos sectores económicos como el agro que tiene que planificar los cultivos para los próximos meses, entonces es clave tener una proyección de si va a llover y de las temperaturas», afirma la doctora en Ciencias de la Atmósfera del DCAO, Soledad Collazo, cuyo aporte es la previsión de los extremos de temperaturas máximas y mínimas.
«Si pronostico una gran cantidad de días con temperaturas máximas muy elevadas, la demanda energética va a ser alta y habrá que buscar alguna forma de cubrirla, y si hay heladas afectará a los cultivos», ejemplifica. Otros sectores como el hídrico, el de la construcción, la navegación, e incluso el turístico consultan los resultados de la tendencia climática trimestral.
Para realizar sus predicciones, Collazo se basa en modelos estadísticos y considera distintos forzantes climáticos. Luego, analiza cuántos modelos pronostican las categorías de temperatura superior a lo normal y cuántos inferior al normal y en base a eso arma el pronóstico. «El modelo lo aplico y entreno para cada estación meteorológica. Es bastante exhaustivo el trabajo», describe.
Collazo desarrolló el modelo de pronóstico extremo de temperatura para su tesis doctoral y tras un período de prueba y entrenamiento, desde hace unos años presenta los resultados en las reuniones mensuales. «Ahora estoy con un proyecto para incorporar técnicas más avanzadas de deep learning y de inteligencia artificial», adelanta.
Con una timidez que no logra ocultar su orgullo, Collazo asegura que en lo que va del año los pronósticos de temperaturas extremas le estuvieron dando «bastante bien».
El trabajo se vuelve más complejo al momento de hacer una previsión de temperaturas medias, que es un promedio, y allí el SMN recurre a otros modelos dinámicos basados en ecuaciones y que provienen de centros de Estados Unidos y de Europa.
«Tomamos la información de los modelos dinámicos de circulación global del comportamiento de la atmósfera y de los océanos», explica la meteoróloga Mercedes Poggi de la Dirección Central del Monitoreo del Clima del SMN. Como en ocasiones estos modelos globales no logran reproducir elementos locales también se utilizan calibraciones estadísticas y los que se desarrollan en el DCAO.
«Elaboramos los pronósticos con toda esa información y también tenemos en cuenta los forzantes de gran escala como El Niño o La Niña, y las condiciones previas porque no es lo mismo, por ejemplo, pronosticar condiciones húmedas en una situación de sequía que en una normal», aclara Poggi.
Las reuniones de la tendencia climática trimestral comienzan con el análisis de la habilidad del pronóstico anterior, es decir su capacidad de acierto y allí es cuando el trabajo de verificación de Poggi adquiere protagonismo.
«El pronóstico por consenso es subjetivo, si lo querés reproducir en otro trimestre no es posible y es por eso que hacemos la verificación, para testearlo y compararlo con el objetivo», señala la climatóloga. En base a los resultados afirma que el subjetivo resulta más hábil: «Si bien tiene algunas falencias, cuenta con el valor agregado de los expertos en clima y además pronosticamos para todo el país».
Al ser un pronóstico trimestral, no puede escapar a tener cierto grado de incertidumbre, por eso Poggi también recomienda seguir las previsiones de corto plazo «porque tal vez prevemos condiciones más secas pero luego ocurre un evento extremo de precipitación y en un día llueve lo que en un mes. Hay fenómenos de menor escala que el trimestral no capta», advierte.
El subgerente de Sistemas de información y Alerta Hidrológico del Instituto Nacional del Agua (INA), Juan Borús, es uno de los integrantes de mayor antigüedad de las reuniones de pronóstico de consenso que tuvieron sus antecedentes en 1997, a partir de la iniciativa del meteorólogo Julio Hugo Hordij.
«El aporte del INA es analizar en qué medida una tendencia del clima se transforma en una tendencia favorable o no en términos de caudales de los ríos», especifica el ingeniero.
Las intervenciones del INA en estos encuentros consisten en «la interpretación de los impactos que producen las lluvias o su falta, o cualquier otro evento meteorológico en las crecidas del Estuario del Río de la Plata, por ejemplo, o si los vientos pueden causar una bajante», indica Borús.
Respecto de la bajante del río Paraná, expresó que «cumplimos tres años de una situación extraordinaria. No tenemos comparación para atrás y estamos permanentemente tratando de contestar cuando termina». Se espera que entre mediados y fines del verano se empiece a observar una evolución gradual hacia la normalidad.
Borús advierte que «la variabilidad climática regional está fuertemente potenciada. Tiene una dinámica mucho mayor que hace 20 años y esto quiere decir que podemos estar viendo cambios importantes en poco tiempo».
El especialista del INA añade que «los años 2009 y el 2019 han sido emblemáticos en áreas de la Cuenca del Plata en la que se observó un pasaje brusco de una situación húmeda a seca o de seca a húmeda muy marcada. Eso hace que el horizonte posible de perspectivas climáticas ciertas sea muy corto» y señala al cambio climático como responsable.
*Esta nota es una producción de Télam-Confiar, una plataforma con información especializada en ciencia, salud, ambiente y tecnología (www.telam.com.ar/confiar).