Casi 62 millones de personas visitaron Nueva York en 2023 y, muy probablemente, muchas de ellas coincidieron en los lugares más míticos de la ciudad más expuesta del mundo. Una panorámica de la ciudad desde lo alto del Empire State, un ferry por el rio Hudson hasta llegar hasta la Estatua de la Libertad o disfrutar de rica comida callejera en Central Park: Nueva York no te la acabas nunca.
Fuente: Viajes National Gepgraphic
LADY LIBERTY
Una de las primeras cosas que se debe hacer en una de las primeras visitas a Nueva York es ver la Estatua de la Libertad. No resulta complicado llegar hasta ella, aunque su presencia una vez delante resulta menos espectacular que en las películas. Lo ideal es tomar el ferry que sale desde Battery Park cruza el Hudson y accede en un trayecto de poco menos de media hora hasta Lady Liberty, ubicada en Liberty Island, de propiedad federal. Además de la clásica opción de subir hasta la corona, ahora también se puede visitar el nuevo Museo de la Estatua de la Libertad donde está expuesta la antorcha de cobre original de Bartholdi.
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LA CIUDAD DE LOS RASCACIELOS
Nueva York hay que patearla, pero también fotografiarla desde las alturas. Dos son los mejores lugares desde donde hacerlo. Y como ninguna visita a Nueva York estaría completa sin asomarse al mirador del Empire State Building, está será la primera parada. Destronado como edificio más alto del mundo (lo fue durante 40 años) hoy el Empire vive de las rentas de su bien cosechada fama como uno de los más icónicos rascacielos art déco del mundo.
Y aunque mucho más moderno, SUMMIT! Es la penúltima experiencia neoyorquina para amantes de las emociones a gran altura. Ubicado en lo alto del moderno edificio One Vanderbilt, se trata de un rascacielos de oficinas cuyas últimas plantas se combinan elementos de arte, tecnología, arquitectura y emoción para adoptar el concepto de una “plataforma de observación” en alturas. ¿Lo mejor? Está ubicado junto a Grand Central Terminal y el edificio Chrysler (al que no se puede subir), por lo que las vistas son del todo impresionantes. También están el Rockefeller Plaza, el One World Trade Center o Hudson Yards, que ahora cuenta con la plataforma de observación al aire libre más alta del hemisferio occidental.
POR AMOR AL ARTE
De vuelta a ras de suelo, mucha de la belleza de Nueva York también se conserva entre los muros de algunos de los mejores museos y galerías del mundo. Algunos de los mejores son, el Museo de Historia Natural cuyas extraordinarias exhibiciones parece como si cobraran vida. El Museo de Arte Moderno es todo un veterano de la escena creativa de la ciudad de Nueva York. Más conocido como MoMA, aquí se pueden encontrar las mejores obras modernas y contemporáneas incluida pintura, escultura, grabado, dibujo, etc. Junto a ellas, el Guggenheim, cuyo edificio es en sí una obra de arte que fue diseñada en 1943 por el fallecido Frank Lloyd Wright, uno de los arquitectos más famosos de Estados Unidos. La colección permanente está formada por más de 8.000 piezas e incluyen desde a Degas hasta piezas de vanguardia de figuras clave como Lawrence Weiner.
BROADWAY
No se puede ir a Nueva York y no disfrutar de un espectáculo de Broadway. Luces, emoción, filas, aplausos… hay pocos símbolos más emblemáticos de la ciudad de Nueva York que sus musicales o sus obras de teatro, en las que, de verdad, merece la pena la inversión en tiempo y dinero. Existen varias fórmulas para conseguir buenos precios, aunque las opciones sean menores. La famosa cabina roja en Times Square vende billetes con descuento para obras en el mismo día, aunque por contra hay que hacer una cola bastante larga para lograrlos. Hay una y la aplicación puede informarle sobre lo que está disponible y cuánto tiempo deberá esperar para obtener los boletos. Hay una web muy conocida que es perfecta para obtener más información de las obras en cartel, precios, etc.
TIMES SQUARE
El poderoso simbolismo de Times Square alcanza cotas tan altas como sus luces de neón. Esta especie de plaza caótica, densa y diversa, continúa siendo un distrito clave en el ámbito del entretenimiento entre Broadway y la Séptima Avenida y las calles 42 y 43. Vallas publicitarias digitales gigantes, brillantes colores, personajes disfrazados y músicos. Times Square es grande, luminosa e inolvidable, como la propia Nueva York.
BENDITO EXTRARRADIO
Es importante saber que aunque Manhattan es la estrella de la corona de cualquier visita, hay otros barrios de Nueva York que también merecen mucho la pena. Brooklyn, por supuesto, y Queens o el Bronx donde comer rico, pasear de forma más tranquila y sentirse un poco más integrado en la vida urbana de la ciudad más allá de la Gran Manzana. Interesante, sobre todo como fenómeno para intentar comprender la conversación sobre la gentrificación en los distritos de Nueva York, está el super cool barrio de Williamsburg. Hace casi 20 años que el este de Manhattan emprendió una reconversión hacia apartamentos de lujo, hoteles de primeras marcas y tiendas exclusivas, pero lo bueno es que la conversión se hizo lenta y con sensibilidad creativa, de ahí que aquí todavía predominan el arte callejero, los bares casuales y mucha cultura de música en vivo.
HAPPY HOUR Y PUESTOS CALLEJEROS
Comerse el mundo sin necesidad de salir de Manhattan es posible. Cuna de tendencias gastronómicas a nivel mundial, en Nueva York se pueden encontrar desde exclusivos restaurantes con estrella Michelin solo aptos para unos elegidos hasta puestos callejeros donde comer de lujo en envases de plástico. No está en la calle, pero casi, porque el Café Habana es un local pequeño, ruidoso y más bien incómodo. Ubicado en el corazón de Nolita, en el Soho, en este restaurante sirven el mejor ‘cuban sandwich’ de la ciudad, y lo cierto es que no es una frase hecha, porque así es como ha sido premiado en numerosas ocasiones. Aunque pueda sonar extraño, el ‘happy hour’ es en Nueva York toda una religión que la ciudad profesa. De ahí que uno de los mejores lugares donde disfrutarlo sea la terraza de Ágave, un pequeño restaurante mexicano del West Village donde beber unas deliciosas margaritas acompañadas de auténticos totopos o tacos de carne o pollo. Todo hasta las 19h –como mandan los happy hour– tiene un 50% de descuento así que compensa disputarse una de sus codiciadas mesas para disfrutarlo.
Uno de los mejores puestos callejeros se ubica en el Upper East Side, muy cerca del MoMA, en la esquina de la calle 53 con la Sexta Avenida está ubicado siempre el mejor ‘truck’ de comida Halal, donde sirven platos como su mítico ‘combo’, con carne de ternera, pollo, ensalada y diversas salsas, ojo a la naranja porque pica con locura. Hay que tener hambre y paciencia (las colas pueden ser bastante largas). La espera merece la pena.
GRAND CENTRAL TERMINAL
Ningún paseo por Nueva York estará completo sin una parada en la espectacular Grand Central Station que, ubicada en la calle 42 y la Avenida Park, en Midtown, fue construida en 1913 es una de las joyas arquitectónicas de Nueva York. Una vez dentro, hay que contemplar el vestíbulo principal con su asombroso suelo de mármol ubicado bajo un enorme techo que simula el cielo nocturno. El reloj Grand Central de cuatro caras, de latón y ópalo, es otro punto de encuentro icónico.
UN PASEO POR CENTRAL PARK
Un tranquilo paseo por Central Park, el pulmón de la ciudad desde 1858, fue creado con un propósito único (aunque luego haya acabado diversificándose), el de ofrecer a los habitantes urbanos una experiencia del campo, pero en plena ciudad. Central Park es también uno de los parques urbanos más visitados de EEUU (unas 42 millones de personas lo visitan al año), además de un icono paisajístico que sirvió como punta de lanza para el desarrollo de los parques urbanos en todo el mundo. Y como no todo es ocio (y negocio) en el parque, cabe recordar que el parque brinda grandes beneficios ecológicos y ambientales a la ciudad, donde ha quedado integrado a pesar de que en sus orígenes estuviera a las afueras. Sus más de 18.000 árboles purifican el aire y su enorme superficie en el centro de la Nueva York proporciona un hábitat para la vida silvestre en general y la de los neoyorquinos en particular.
EL PUENTE DE BROOKLYN
Cruzar con tranquilidad el Puente de Brooklyn será seguro una inolvidable instantánea que recordar no solo en la memoria del teléfono, sino en la de uno mismo. El puente más emblemático de Nueva York, cuya construcción comenzó en 1869 y se completó en 1883, ostentó el título de ser el puente colgante más largo del mundo, conectando los distritos de Manhattan y Brooklyn atravesando el East River. Hay dos kilómetros de longitud y numerosos más de una historia en movimiento que desde 2021 cuenta con hasta un carril bici, adaptándose al aumento del uso de bicicletas en la ciudad de una Nueva York que cada vez invierte más en movilidad sostenible.