La localidad salteña de Cafayate, la principal de los Valles Calchaquíes, se caracteriza por sus ríos, médanos y viñedos y por sus formaciones rocosas que describen impactantes paisajes como la Quebrada de las Conchas, la Garganta del Diablo y el Anfiteatro, una cava en una zona montañosa con una acústica similar a la de los grandes teatros del mundo.
Además, cuenta con atractivos arquitectónicos que muestra su estilo colonial y moderno en sus construcciones bajas, pintadas de blanco y con techos de teja, la Catedral, la plaza Principal, el Viejo Molino y los museos, entre los que sobresale el de la Vid y el Vino y el Arqueológico Rodolfo Bravo.
La Quebrada de las Conchas es una serie de formaciones naturales que se expresan en la Garganta del Diablo, un cañón profundo y cerrado de color rojizo, y en el Anfiteatro, El Sapo, El Fraile, El Obelisco y los Castillos, pequeños cañones cuyas elevaciones tienen la forma del nombre que llevan.
El ministro de Cultura y Turismo de Salta, Mariano Ovejero, señaló a Télam que estos paisajes «se caracterizan por lo agreste de su naturaleza y por lo curioso de las formas de sus elevaciones, que son originadas por la erosión eólica y el paso del tiempo».
Ovejero destacó que tanto Cafayate como su entorno «reciben cada vez más turistas por su accesibilidad a través de rutas, por su ubicación privilegiada en los Valles Calchaquíes, y por los atractivos culturales e históricos de su casco urbano».
Por su parte, la directora de Turismo de Cafayate, Fernanda Pérez Olguín, afirmó que «los atractivos urbanos tienen un gran desarrollo y son muy accesibles» para los visitantes y dijo que los mismos «encuentran un complemento ideal en las bellezas naturales que rodean al pueblo, que se pueden recorrer en circuitos diseñados para transitar a pie, en bicicleta y hasta en cabalgatas».
«Los viñedos, donde se produce la cepa del torrontés en una variante reconocida mundialmente por su sabor, cuerpo y color, son otro de los atractivos salientes de la zona», remarcó Pérez Olguín.
Los Médanos o Dunas, con sus extrañas figuras forjadas en arenales blancos con composición de mica calcárea, son el anticipo de la ruta que atraviesa la mayoría de los viñedos de esa zona, donde se pueden visitar varias bodegas y participar en catas de vino y charlas sobre la elaboración y características de esa bebida.
En tanto, el Museo de la Vid y el Vino es un espacio que mezcla arquitectura, creatividad y tecnología para promover el conocimiento sobre el vino, los secretos de su elaboración, y para resaltar los sentidos de esa bebida.
El museo, a través de estímulos visuales y sonoros, en forma interactiva y mediante dos salas con distintas exposiciones, presenta la historia, el desarrollo, el presente y el futuro de la industria del vino en la zona a través de nudos argumentales cuyo recorrido se inicia con una visión del firmamento en la noches cafayateñas.
La Tierra Cafayateña, La noche y el día, Cafayate, El Sol, El Agua y Los trabajos del hombre son las maquetas, exposiciones y trabajos audiovisuales que expresan la historia y la evolución del vino.
Por su parte, el museo Regional y Arqueológico Rodolfo Bravo, que cuenta con más de mil piezas arqueológicas que dan testimonio de los orígenes de la zona, y el Viejo Molino, una construcción jesuítico de piedra de 350 años que todavía funciona, y el Mercado Artesanal, completan los atractivos urbanos de Cafayate.
En materia gastronómica, Cafayate es un sitio ideal para combinar los productos típicos del noroeste con lo más moderno de la cocina internacional, una mezcla que logra sus mejores preparaciones en lugares como Bad Brothers o en el restaurante del Grace Hotel, entre otros.
La hotelería, con establecimientos como el mismo Grace Hotel y Estancias de Cafayate, un club de campo de 550 hectáreas que integra Viñedos, Golf, Polo, Spa, Restaurante Gourmet, Hotel y Caballos, también se está transformando en un atractivo para esa zona de los Valles Calchaquíes.