Raúl Corzo, trabajador dese hace 38 años en el Astillero Río Santiago (ARS), rechazó hoy que ayer se haya puesto a flote una embarcación sin terminar, como señalaron desde algunos sectores, y destacó que «tienen bronca porque nos querían dinamitados y estamos haciendo barcos».
Ayer, durante un acto que encabezaron el ministro de Defensa, Jorge Taiana, y el gobernador Axel Kicillof, se realizó la botadura de la Lancha de Instrucción para Cadetes de la Armada (LICA) diseñada y construida de manera exclusiva por el ARS para la Armada Argentina.
Algunos medios plantearon que se trata de «un barco a medio hacer» y, en ese sentido, el trabajador explicó que siempre que se lanza al agua un barco tiene un gran grado de avance, pero no la totalidad.
«En la tradición naval, el bautizo de un barco es el momento en que nuestra construcción, nuestro hijo, toca por primera vez el río. Es un momento muy emotivo», dijo en declaraciones formuladas a 221 Radio 103.1 de La Plata.
«Nosotros los vivimos con tanta alegría y emoción, que me da bronca que diarios capitalinos digan que le falta la hélice o que se hizo para una campaña electoral», continuó.
Corzo destacó que «en plena pandemia, mis compañeros estaban dele darle con la masa a la lancha para poder hacer la ceremonia de ayer» y añadió que «al que le pone el sudor y al que se lastima las manos con la masa, le duele mucho que se desmerezca su trabajo».
«La tapa del diario La Nación dice que botamos un barco a medio hacer. Es un diario que es vocero de Mauricio Macri, quien cuando era presidente dijo que al Astillero lo tenían que dinamitar. Me da bronca, pero me da placer pensar que las 3.200 que integran el ASR triunfamos sobre ese vocero oligárquico», reflexionó.
«El barco que más avanzado botamos fue el que hicimos para un armador alemán, que tenía el 80%del alistamiento final. No es la primera vez que botamos un barco con un porcentaje equis de avance. Esta lancha ahora va a ir a dique seco y se va a terminar el alistamiento», puntualizó.
Sostuvo que se realizarán cuatro LICAS, para lo cual se necesitan «las gradas para seguir haciendo el resto», por lo cual «hay que sacar el barco de ahí» y se preguntó: «¿Qué quieren que hagamos? Tenemos una cadena de trabajo que seguir».
En ese marco, contó que la nave botada al río ayer «es un proyecto que se inició en 2013 a pedido de la Armada Argentina, en base a un diseño de lanchas de instrucción de la marina de Estados Unidos» y aclaró que «la propulsión, la estructura, los espacios internos, la ingeniería en general y todo el diseño fue hecho por los técnicos del ARS entre 2013 y 2014».
Contó que «ese año, se presentó y aprobó el proyecto, el Congreso nacional le dio un presupuesto al Ministerio de Defensa para hacer las lanchas y en 2015 se firmó el contrato para ello».
«Se largó la licitación para la compra de las chapas, que llegaron al ARS en julio 2016. Empezamos a trabajar ahí e hicimos todos los cascos en 2017 y 2018. En ese momento, la Armada dijo que no podía comprar la hélice porque el gobierno nacional no les daba la plata», rememoró e indicó que «fue cuando ellos compraron lanchas a Israel y Francia, mientras nosotros planteamos que podíamos hacer tres al valor de una de la que compraron».
Luego, apuntó que durante el gobierno de Junto por el Cambio, los trabajadores del Astillero «debimos hacer permanencia pacífica en la fábrica y protestas que María Eugenia Vidal reprimió, pidiendo la plata para reactivar trabajos».
La embarcación «Buque ARA Ciudad de Ensenada» botada ayer está construida en acero naval y tiene una eslora total de 36 metros, con dos motores de una potencia de 550 hp cada uno.
Se trata de una lancha que permitirá a los cadetes adquirir conocimientos en navegación tanto básica como avanzada, control de averías, reaprovisionamiento en el mar en una plataforma segura y robusta.
Trabajaron en el diseño y construcción del buque alrededor de 500 personas, entre ingenieros, técnicos y operarios de distintas áreas, bajo la supervisión de la sociedad de clasificación japonesa NK.
La embarcación cuenta con una cubierta principal corrida; saltillo a proa ; y doble fondo desde el mamparo proel de sala de máquinas hasta el taquillero de proa.
La lancha desarrollará una velocidad máxima igual o superior a los 11,5 nudos y una velocidad crucero de 10 nudos, para lo cual dispondrá de dos hélices de paso fijo, cada una de ellas acoplada a un motor diésel.