Las Cuevas, último confín del territorio mendocino al oeste del país, es un pequeño pueblo cordillerano ubicado en la misma entrada del Túnel Internacional Cristo Redentor que limita con Chile, que enmarcado en el paisaje imponente de la Cordillera de los Andes parece entremezclar lo bucólico con el atractivo y pintoresco estilo escandinavo de su construcción.
Integra, junto a otras siete localidades de todo el país, la segunda etapa del Programa Pueblos Auténticos que impulsa el Ministerio de Turismo de la Nación junto al Ministerio de Cultura, otros organismos nacionales, provinciales, municipales y del sector privado para poner en valor la identidad de pueblos con características únicas.
«En el marco del programa Pueblos Auténticos se está trabajando con el objetivo de la puesta en valor de los edificios de patrimonio histórico, y sobre todo, potenciar los servicios turísticos que hagan Las Cuevas un centro de montaña de primer nivel de Los Andes centrales», dijo a Télam el director de Turismo de la Municipalidad de Las Heras, Guillermo Barletta.
«Es una oportunidad histórica de devolver a la Alta Montaña la importancia que merece un atractivo turístico compuesto por el Cerro Aconcagua, el Puente del Inca –Patrimonio Mundial de la Humanidad-, la Ruta Sanmartiniana, o el monumento Cristo redentor, entre varios más», apunto.
El funcionario explicó que «desde fines de 2015 comenzamos a relevar las necesidades turísticas de la todo el Departamento, y se detectó que el potencial de la zona de Alta Montaña está en el desarrollo de actividades de outdoor de diversa complejidad, no sólo en invierno o dentro del Parque Aconcagua, sino a lo largo de todo el año y recorrido».
«Con esta información como disparador -agregó-, se inició junto al Ente Provincial de Turismo de Mendoza un plan de trabajo para el ordenamiento turístico de la Alta Montaña mendocina, en un segmento de su recorrido que abarca desde Polvaredas hasta Las Cuevas».
En un pequeño valle ubicado entre dos túneles carreteros a ambos lados del Corredor Bioceánico Central, sobre la ruta nacional 7, y enclavado entre los cerros Tolosa (5.432 metros) y Navarro (4.547 metros), aparecen estas construcciones nórdicas, con piedras y troncos.
Entre ellas se destaca un edificio -que hoy funciona como hostel y restaurante- que es un gran portal por donde pasa el camino de tierra que conduce al monumento Cristo Redentor.
En la actualidad están funcionando cuatro restaurantes, una cafetería-chocolatería, dos hostels, y un refugio de montaña que se utiliza con una escuela de montañismo, y hay unos tres edificios vacíos que se van a licitar para ser ocupados con distintos servicios turísticos, informaron a Télam fuentes de la Municipalidad de Las Heras.
La población permanente solo alcanza a unas 10 personas, que aumenta a entre 25 y 30 personas que se quedan a pernoctar regularmente, y que son básicamente del equipo de Vialidad y de los servicios gastronómicos (cocineros y mozos, entre otros) que suben a trabajar a los distintos restaurantes, y que generalmente viven en otras villas de montaña como Penitentes, Polvaredas, o Uspallata.
Está a unos 200 kilómetros al oeste de la capital de Mendoza, y a una altura de 3.200 metros sobre el nivel del mar, con un clima riguroso, frío y seco, intransitable durante varios días de invierno, que bloquean el paso a Chile, con temperaturas pueden superar los 20 grados bajo cero, y que hasta en pleno verano pueden caer imprevistas nevadas.
Desde la ruta 7 se bifurca un camino serpenteante de tierra y piedras que arranca debajo mismo del Hostel Arco de Las Cuevas y que conduce a lo largo de 9 kilómetros al famoso Monumento del Cristo Redentor -cincelado en bronce- que se levanta imponente casi a 4.000 metros de altura sobre el nivel del mar, con sus siete metros de altura (más los seis metros de su pedestal de granito) y cuatro toneladas de peso.
El monumento que fue inaugurado el 13 de marzo de 1904, luego de superarse un conflicto por límites entre Argentina y Chile, es obra del escultor Mateo Alonso, y en su base tiene una frase rescatada de uno de los discursos pronunciados el día de su inauguración: «Se desplomarán primero estas montañas, antes que argentinos y chilenos rompan la paz jurada a los pies del Cristo Redentor».
En la temporada estival es una visita obligada en las denominadas excursiones de alta montaña, porque Las Cuevas es uno de los lugares más elegidos por los montañistas para ambientarse antes de subir el Aconcagua.
Otras excursiones que se pueden realizar desde allí son trekking al Glaciar del Hombre Cojo, al Cerro Tolosa y a la Quebrada de Matienzo, y en invierno se utiliza como una alternativa más económica para hospedarse allí e ir a esquiar a Porillo (del lado chileno) que se encuentra a pocos kilómetros de allí.
Barletta explicó que «Las Cuevas actualmente ofrece servicios de turismo activo, gastronomía y alojamiento de montaña, los que serán reforzados en el corto y mediano plazo, al tiempo que se extenderán hacia otro tipo de prestaciones».