Hace un par de semanas, con el Museo Thyssen aún cerrado, cuatro operarios uniformados llegaron a la sala que preside la ‘Santa Catalina de Alejandría’ de Caravaggio, la descolgaron y, con la ayuda de un carrito almohadillado, recorrieron los pasillos hasta llegar al área de restauración.

Comenzaba así el proceso de revisión, embalaje y envío a Roma de una de las grandes obras maestras del pintor para ser protagonista de la gran exposición ‘Caravaggio 2025’.

Junto a ‘Santa Catalina’ viaja también el ‘Ecce Homo’ que exhibía el Museo del Prado -en préstamo de un particular-. Las dos magníficas obras de Michelangelo Merisi da Caravaggio están llamadas a ser protagonistas de la exposición que reunirá del 7 de marzo al 6 de julio de 2025 buena parte de la creación del artista barroco.

Un operario durante el traslado del cuadro de Caravaggio, 'Santa Catalina de Alejandría'.
Un operario durante el traslado del cuadro de Caravaggio, ‘Santa Catalina de Alejandría’. EFE/ Mariscal

Y esto es así en el caso del ‘Ecce Homo’ por tratarse de un cuadro que iba a ser subastado por 1.500 euros y, tras certificarse su autoría, fue comprado por un coleccionista británico residente en España por unos 36 millones de euros.

Cartel de la exposición

Y la ‘Santa Catalina’, por ser una de sus obras más maravillosas y la elegida como cartel de la gran exposición y portada del catálogo.

EFE ha seguido paso a paso el proceso de envío desde el descuelgue del cuadro hasta su partida a bordo de un camión especializado de la empresa de transportes SIT que ha llevado ambas obras a destino.

Hasta llegar al camión y partir rumbo a Roma, ‘Santa Catalina’ ha recorrido un proceso de dos semanas, que comenzó con su traslado al área de restauración.

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Allí le esperaba un equipo de seis restauradores y sobre todo Enrique Rodríguez de Tembleque, quien ejerce de acompañante o “correo” de ‘la santa’ hasta su destino. Él es el responsable de que el cuadro sea entregado al equipo de la Barberini Corsini -sede de la exposición- en perfecto estado y quien irá a recogerlo al término de la muestra para traerlo de vuelta a España.

Proceso de restauración

En restauración, el cuadro es limpiado y analizado para garantizar su perfecto estado.

Los pequeños desperfectos, pérdidas, craquelados o manchas minúsculas en lienzo y marco quedan reflejados en un informe de condición, en el que se detallan también las medidas de protección con las que cuenta, tales como un cristal especial y una caja climática por delante, y el material y protección en la parte trasera, en este caso una lámina de policarbonato para controlar la humedad y minimizar posibles daños.

Un operario durante el traslado del cuadro de Caravaggio, 'Santa Catalina de Alejandría'.
Un operario durante el traslado del cuadro de Caravaggio, ‘Santa Catalina de Alejandría’. EFE/ Mariscal

Este documento se entregará a la llegada a Roma, donde los responsables de museo que lo reciban comprobarán ante el “correo” la exactitud de los datos y firmarán el documento, que será vinculante para ambos museos y servirá para comprobar que la obra regresa en el mismo estado en que se prestó.

Lo normal es que el “correo” viaje con la obra en el avión, camión o carguero y “no lo deje solo ni un momento”, explica Rodríguez de Tembleque, que en esta ocasión no se subirá al camión, ya que el Prado ha enviado a su propio “correo”, quien sí viajará en el transporte junto a los dos ‘caravaggios’.

Un par de días antes de la salida, el cuadro pasa a la zona de embalaje y desembalaje, junto a la zona de carga, donde el museo prepara los cuadros para viajar y recibe las obras prestadas por otros centros para sus exposiciones. Allí se guardan las cajas para los transportes.

La caja de ‘Santa Catalina’ es algo más grande que la obra dado que es necesario colgarlo en un contramarco para evitar que se apoye sobre su marco tallado cuando se coloque de pie, y atado al lateral del camión.

Viaje escoltado

Cuando el viaje es por carretera, los camiones suelen ir acompañados de escolta policial. Algunos transportistas prefieren que vaya de incógnito y no de uniforme para no llamar la atención.

El restaurador Enrique Rodríguez de Temblequeen el Museo del Prado.
El restaurador Enrique Rodríguez de Temblequeen el Museo del Prado. EFE/ Mariscal

El viaje a Italia de los “caravaggios” dura tres días, en los que el camión y sus acompañantes pernoctarán en almacenes especiales de la compañía transportista, porque una de las máximas preocupaciones en estos préstamos de obras entre museos es la seguridad.

A su llegada a Roma, Rodríguez de Tembleque estará esperando a la ‘Santa Catalina’ en la Galería Barberini Corsini para certificar su llegada indemne y despedirse de ella hasta que, el próximo 6 de julio cierre la exposición y regrese a recogerla y llevarla de vuelta al Thyssen-Bornemisza.

Fuente: EFE